Por: Partido Comunista Colombiano - Unión Patriótica
PacoCol. Martes 20 agosto 2013.
Bogotá, agosto 20 de 2013
Doctor
JUAN MANUEL SANTOS
Presidente de la República,
Casa de Nariño.
Ciudad.
Señor presidente,
Colombia vive un momento excepcionalmente importante en su devenir político. Una esperanza se vislumbra con el proceso de diálogo y búsqueda de la paz que se adelanta en La Habana el que, reiteradamente, hemos llamado a sostener y proteger para que logre arribar al propósito previsto en el Acuerdo General suscrito por el gobierno nacional y las FARC EP el 26 de agosto de 2012.
Doctor
JUAN MANUEL SANTOS
Presidente de la República,
Casa de Nariño.
Ciudad.
Señor presidente,
Colombia vive un momento excepcionalmente importante en su devenir político. Una esperanza se vislumbra con el proceso de diálogo y búsqueda de la paz que se adelanta en La Habana el que, reiteradamente, hemos llamado a sostener y proteger para que logre arribar al propósito previsto en el Acuerdo General suscrito por el gobierno nacional y las FARC EP el 26 de agosto de 2012.
Este proceso transcurre en medio de
la guerra, por voluntad del gobierno y en medio de las crecientes
demostraciones del descontento popular como efecto de las políticas
económicas, sociales, agrarias y laborales que contrarían el propósito
de una paz estable y duradera. Ante los paros y movilizaciones populares
en curso cabe reclamar del poder ejecutivo y de su fuerza pública el
respeto a la protesta social, el cese de toda incriminación a priori que
no consulte las causas reales del descontento y los pedidos de la
población y la prohibición de los métodos de criminalización de la
crítica ciudadana.
Las movilizaciones de inconformidad
social no obedecen ni a la pretendida “infiltración” ni a mezquinos
intereses electorales. Tienen causas reales, profundas, que no vienen de
ahora, que están enraizadas en la estructura de injusticias y
desigualdades que caracterizan al país y frente a las cuales desde
siempre se han levantado voces legítimas que reclaman cambios urgentes y
necesarios. El Catatumbo demostró, una vez más, que la protesta social
tiende a ser tratada desde el poder como si fuese una expresión más de
la guerra y los ciudadanos inermes incriminados con la carga de
violentos. Se trata al pueblo como enemigo pero, en el fondo, se le teme
a su actuar emancipado.
Un proceso de paz, antecedente del
actual, fue frustrado por una de las tragedias que más avergüenzan al
país y que no es subsanable exclusivamente con las reparaciones
humanitarias. La Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano
hemos sido víctimas de un genocidio que el gobierno sigue ignorando en
todo cuanto tiene que ver con verdad, justicia, reparación integral y
compromiso de no repetición.
Tenemos la autoridad moral y
política para afirmar que la oposición democrática no tiene garantías en
Colombia. La izquierda colombiana es plural, tiene visión alternativa y
reclama su derecho no solo a existir sino a constituirse en opción de
poder para construir un país pacífico, justo y democrático. somos la
esperanza, somos el futuro
Observamos con grave preocupación
que justamente cuando se discute las condiciones de una paz estable y
duradera el gobierno soslaya la urgente necesidad de una apertura
democrática que permita superar las discriminaciones, las exclusiones,
el fraude electoral y la corrupción que caracterizan el sistema
político. Es más, somos testigos de un cerramiento de los espacios
políticos y de representación que habían existido. La elevación del
umbral electoral al 3% amenaza a todas las minorías. El gobierno ha
esgrimido distintos pretextos para eludir una reforma legal que permita
el reagrupamiento de coaliciones para listas a los cuerpos colegiados.
El voto electrónico está archivado sin explicaciones desde hace 10 años.
La anunciada reforma electoral no es clara y no avanza.
La curul en la
Cámara para minorías fue suprimida y adjudicada para ampliar la de
residentes en el exterior. A las corrientes indígenas y afrocolombianas
se les conmina a la adscripción etnográfica y se les prescribe que no
tienen derecho a la adscripción política. La oposición de izquierda está
excluida del Consejo Nacional Electoral, ni existe en un estatuto de la
oposición. Si agregamos a esto las limitaciones a los derechos
fundamentales implícitos en las reformas constitucionales del llamado
Marco Jurídico para la Paz y la ampliación del fuero militar podemos
afirmar con fundamento que las mayorías gobernantes conducen al país no
solo a un estrechamiento excluyente y odioso del sistema político sino a
la creación de una reja angosta y asfixiante contra la oposición de
izquierda y las nuevas fuerzas que van a surgir del proceso de paz.
El
Consejo de Estado ha restituido la personería jurídica a la Unión
Patriótica. Lo menos que debe asegurar el Estado en lo inmediato es el
cese y la condena de las amenazas, garantías de no repetición y medidas
concretas para la participación de la oposición en el escenario social y
político electoral. Las elecciones de 2014 van a tener un importante
sentido para el proceso de paz si se fortalecen los factores de la
democracia, la inclusión y la justicia social y ese no parece ser el
propósito del gobierno.
La tarea más urgente de la nación es
ponerle fin al conflicto armado interno reconociendo y atacando sus
causas estructurales en la desigualdad, la limitación del sistema
político, la discriminación, los odiosos privilegios al gran capital y a
la inversión transnacional privada.
Las fuerzas políticas
que hemos sido víctimas de crímenes de Estado reclamamos claridad frente
al futuro político del país. En ese sentido, solicitamos ser recibidos
por el señor Presidente de la República.
JAIME CAYCEDO
Secretario General
UNIÓN PATRIÓTICA
OMER CALDERÓN
Presidente
FELIPE SANTOS
Secretario Ejecutivo
Dirección postal: Carrera 13A N° 38-32, Bogotá D.C. Código postal: 110311 Teléfax: 57-1-5704400 Correo electrónico: \n Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.