Por: Redacción Política.
El Espectador 17 Agosto 2013
Foto: Reinaldo Cañizares/ La Opinión
Manifestantes anuncian 70 puntos de concentración
El
paro nacional que empieza mañana es sin duda una de las pruebas más
duras que tendrá que enfrentar el gobierno Santos en su último año. Y no
sólo porque las movilizaciones prometen ser numerosas sino porque en
ellas convergen algunos de los más visibles contradictores de la
administración de la Unidad Nacional. Es decir, el paro no sólo está
soportado en razones coyunturales de los diversos sectores que convocan
sino que también reviste un duro pulso político entre el Gobierno y
dirigentes de diferentes vertientes política.
A
esto hay que sumarle la experiencia vivida en la región del Catatumbo
(Norte Santander), donde el paro campesino duró más de mes y medio y los
enfrentamientos entre manifestantes y Fuerza Pública dejaron un saldo
de cinco muertos y decenas de heridos. Por esta región fronteriza
tuvieron que desfilar un sinnúmero de comisiones de Gobierno, con los
más altos dignatarios del Estado, para acordar el levantamiento de los
bloqueos.
A dos días de que se
inicie el paro nacional, el Ejecutivo le salió al corte a la
manifestación y a través del Ministro del Interior, Fernando Carrillo,
anunció que no permitirán bloqueos ni alteraciones del orden público,
por lo cual se han previsto que quien incurra en ese tipo de hechos
podrá ser detenido entre 24 y 48 meses y hacerse acreedor a una multa de
13 a 75 salarios mínimos legales mensuales vigentes. La decisión ha
subido el tono de los convocantes a las movilizaciones, quienes
anunciaron que no se han previsto bloqueos pero advierten que serán
marchas multitudinarias.
El
Gobierno remató con una dura declaración del presidente Juan Manuel
Santos, quien desestimó las amenazas y sostuvo que los inconformes son
una minoría que están siendo “utilizados como idiotas útiles”. El
mandatario fue un poco más allá y señaló que “hay intenciones de grupos
armados al margen de la ley” para que la gente salga a protestar
“constreñidos” por el poder de la violencia. Las declaraciones de
presidentes fueron secundadas por el Ministro de Agricultura, Francisco
Estupiñan, quien desde el Huila sostuvo: “No nos podemos quedar callados
ante las minorías que amenazan con el paro”. Sin embargo, se tienen
previstos cerca de 70 puntos de concentración en todo el país.
Del
otro, se han organizado no sólo los dirigentes gremiales de un sector
de cafeteros, transportadores, cebolleros, paperos, cacaoteros,
arroceros, ganaderos o mineros, sino que se han alineado los principales
opositores del Gobierno Santos. El Polo Democrático ha sido enfático en
su apoyo a las movilizaciones, lo mismo ha proclamado el Centro
Democrático del expresidente Uribe, así como también lo ha hecho la
Marcha Patriótica y decenas de organizaciones sociales afines al
movimiento que encabeza la exsenadora Piedad Córdoba.
De alguna manera, este paro nacional reune no sólo las problemáticas
puntuales de cada uno de los sectores que participarán de las
movilizaciones sino también el ajedrez político que afila las lanzas
para las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año.
El precandidato presidencial del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga,
manifestó su apoyo a la movilización de los cafeteros pero pidió evitar
bloqueos o cualquier manifestación de violencia. En este mismo sentido
se han expresado diversos dirigentes políticos, como la presidenta del
Polo Democrático, Clara López, también candidata a las presidenciales de
2014. Desde la orilla de las centrales sindicales, Tarcisio Mora, de la
Centras Unitaria de Trabajadores, señaló que “varios sectores han
decidido participar en el paro del 19, debo decir que son la mayoría de
sectores sociales. Vamos a protestar porque las organizaciones
sindicales firmaron acuerdos y pactos con el gobierno que no se han
cumplido”.
Del lado de los
promotores de las movilizaciones está Óscar Gutiérrez, vocero de
Dignidad Cafetera y de la Mesa de Unidad Agraria, quien refirió que las
marchas no buscan realizar bloqueos. “Nunca hemos llamado a la
violencia. Es un paro que estaba anunciado desde hace mes y medio, pero
el Gobierno nunca quiso atender nuestros reclamos. Ahora dice que con
paro no habla, pero es que sin paro tampoco lo hicieron”, dijo
Gutiérrez. Para Pedro Aguilar, presidente de la Asociación Colombiana de
Camioneros, las advertencias del Gobierno son innecesarias pero
reconoció que es imposible controlar a todos los miembros de la
agremiación en el país.
Un grupo de congresista integrado por Ángela Robledo, Iván Cepeda, Marco Avirama, Hernado Hernández, Alba Luz Pinilla
y Alexander López respaldaron las aspiraciones de la movilización que
se inicia mañana, sin embargo, insistieron en la necesidad de crear
espacios de interlocusión y diálogo para tramitar las solicitudes y
soluciones.
Al final, es claro que a
partir de mañana el país vivirá un nuevo capítulo de protestas
sociales. Movilizaciones que tienen particularidades estructurales de
cada uno de los sectores que se adhirieron al paro nacional, pero
también un pulso encabezado por los principales dirigentes del escenario
político nacional.
Las peticiones de la Marcha
Diversas
organizaciones campesinas vinculadas a la Asociación Nacional de Zonas
de Reserva Campesina y a la Marcha Patriótica presentaron un pliego de
peticiones que contiene seis puntos. En estos se exige la implementación
de medidas para enfrentar la crisis de la producción agropecuaria,
agudizada por los tratados de libre comercio; acceso a la propiedad y
reconocimiento de la territorialidad campesina; participación de las
comunidades en la formulación de las políticas mineroenergéticas y el
mejoramiento en el acceso de la población rural a los servicios básicos.
Las organizaciones insisten en el reconocimiento constitucional de la
economía campesina y advierten que el paro nacional es producto de años
de abandono por parte del Estado.
Federación de Cafeteros no apoya el paro
La
Federación Nacional de Cafeteros anunció tajantemente que no apoya el
paro nacional y lanzó fuertes críticas a la llamada Dignidad Cafetera,
disidencia promotora de las manifestaciones. En un comunicado público
señaló: “debemos decir con claridad que el paro anunciado no encuentra
ningún respaldo, menos solidaridad, en la Federación Nacional de
Cafeteros. Por ese camino se están minando los bienes públicos que por
décadas han protegido al productor cafetero. Gracias a estos, garantía
de compra, servicio de extensión, entre otros, se han mantenido alejadas
de las hienas de la especulación y de la intermediación, y se ha
logrado que el mejor precio, llegue al productor de manera directa cada
vez que saca su producción al mercado. Pero además, si ese paro se da se
invalida el Acuerdo de Pereira y eso es muy grave para el ingreso del
productor. Pone en gran riesgo el salvavidas actual de los cafeteros”.