Por: Traspasan los muros
Sábado 06 Abril 2013
Terminamos el 2012 con 113.884 personas
privadas de la libertad en 144 centros de reclusión con 75.620 cupos.
Estas cifras representan un crecimiento en los últimos 2 años de 29.440
personas y un sobrecupo de 38.264 (cifras extraídas del INPEC).
Las inhumanas condiciones a las que
se ve sometida la población carcelaria provoca una degeneración de la
salud y una continua exposición a epidemias y plagas. Situaciones que no
se resuelven a pesar de las continuas denuncias y además, se evidencia
una total negligencia y desidia en la atención médica por parte del
INPEC.
Así, nos encontramos con casos en que no hay
diagnósticos sobre enfermedades crónicas o terminales, no se atienden
los tratamientos post-quirúrgicos o no se suministran adecuadamente los
medicamentos. Llegando a situaciones tan graves como las que denunciaron
las prisioneras políticas del ERON Cúcuta el pasado 20 de enero de 2012
“hay varias internas con ordenes de cirugías con 10 a 12 meses de
anticipación y no han sido atendidas”, según cifras de la Defensoría del
Pueblo al 15 de agosto de 2012 en un 63% no se están cumpliendo
procedimientos quirúrgicos ni de diagnóstico.
Según
información suministrada por el INPEC y el Ministerio de Justicia de
enero a octubre de 2012, han muerto por lo menos 109 personas reclusas
con antecedentes de un estado de salud que requirió hospitalización; a
su vez, han existido por lo menos 17 suicidios causados principalmente
por depresión extrema, ansiedad y estrés.
CASO 1. JOSÉ DANIEL LAMPREA
CASO 1. JOSÉ DANIEL LAMPREA
Prisionero
político de guerra 35 años de edad Capturado en 2009 Condenado 48 meses
de prisión Libertad por pena cumplida después de 4 años
José
Dinael Lamprea Villamil, de extracción campesina, ingresó a las FARC EP
debido a las amenazas, hostigamientos y desplazamiento forzado que su
núcleo familiar padeció por grupos paramilitares en el departamento del
Guaviare. En ese mismo departamento fue capturado en el año 2009, siendo
condenado a 48 meses de prisión por el delito de rebelión.
Al
momento de su captura, el prisionero gozaba de buena salud pero una vez
en reclusión comenzó a padecer una extraña enfermedad que le ha
generado inflamaciones, fuertes dolores, tumores y parálisis en su
cuerpo, al límite de postrarlo en una cama.
Durante el primer
año de su reclusión el prisionero fue sometido al “paseo de la muerte”,
siendo trasladado en múltiples ocasiones a diferentes sitios de
reclusión y hospitales, sin recibir atención médica adecuada, situación
que deterioró su estado de salud.
Desde el 15 de noviembre de
2011, fue remitido a especialista en oncología, sin embargo, y a pesar
de las insistentes peticiones presentadas por la Fundacion Lazos de
Dignidad ante el INPEC y Ministerio de Justicia, el prisionero fue
valorado hasta el mes de junio de 2012, sin que se le diagnosticara la
real enfermedad que padece.
El 04 de junio de 2012, el
Juzgado 10 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá le
otorgó la libertad condicional a José Dinael Lamprea Villamil,
imponiéndole una caución prendaria de 2.600.000 pesos, la cual fue
pagada por su humilde familia con el apoyo de diferentes organizaciones
sindicales y de derechos humanos. El Juez Penal del Circuito de San José
del Guaviare, a pesar de conocer la extraña y grave enfermedad del
prisionero, impidió su libertad emitiendo una nueva orden de captura
dentro de un proceso penal donde el prisionero tan sólo está siendo
investigado.
Durante el mes de julio de 2012, el prisionero
tuvo varias recaídas, por lo que fue hospitalizado, siéndole únicamente
suministrado medicamentos para calmar el dolor.
El 02 de
agosto de 2012, debido a una fuerte recaída, el prisionero fue remitido
al Hospital del Tunal, siéndole diagnosticado osteosarcoma con
metástasis en la cara y condrosis múltiple (cáncer en los huesos), y el
17 de septiembre de 2012, sus familiares fueron informados que tenía
pocas probabilidades de vida.
A pesar de estar probada la
grave enfermedad que padece prisionero político de guerra José Dinael
Lamprea Villamil el INPEC hasta el 15 de noviembre de 2012, no obtuvo la
detención domiciliaria.
La grave enfermedad de José Daniel
es resultado de las precarias condiciones de reclusión que se viven en
las cárceles colombianas. Sumando, la omisión del diagnóstico oportuno,
negación la atención médica adecuada y restricción del derecho a la
libertad por grave enfermedad por parte del INPEC. Exigimos que el
Estado responda por la atención médica integral de José Dinael .