martes, 16 de abril de 2013

MOIR CON POLO Y SENADOR EN CONTRAVÍA DE LA PAZ.

 Por: Horacio Duque
PacoCol. Sabado 13 de Abril 2013

La izquierda institucional agrupada en el Polo Democrático, en la que el Moir con su senador, tiene un peso notable en la orientación política e ideológica inspirada en un maoísmo degradado (Badiou), se mueve en una notable contravía de sabotaje y torpedo al proceso de paz que se adelanta en La Habana entre el gobierno del Presidente Santos y las FARC. 
 
Se encuadraron con el bloque de ultraderecha feudal para demeritar las multitudinarias movilizaciones del 9 de abril en respaldo a la Mesa de conversaciones de Cuba.


Tal comportamiento es fruto de su naturaleza política electorera, caudillista, corrupta y pragmática; pues está  atrapada por el más cínico de los cretinismos parlamentarios.


Su oportunismo descontrolado le impide comprender los potenciales del momento histórico surgido con las negociaciones entre el Estado y la insurgencia revolucionaria campesina.


Como la ultraderecha, viven el desconcierto frente a la iniciativa para terminar la guerra civil y construir una paz estable y duradera, que se tornó irreversible por cuanto cada vez se ubica en un "punto de no retorno" dado el nivel de involucramiento de las partes, tal como se materializó en la movilización del 9 de abril.


Es evidente su incapacidad para entender que la Mesa de La Habana es el "eje central" de la política colombiana hoy, por cuanto es la ocasión con mayor potencial para la negociación definitiva del conflicto armado nacional que ya dura más de 50 años. No asimilan que el proceso de paz y el camino recorrido es un campo abierto de alternativas históricas para la transformación democrática radical de Colombia.


Lo cierto es que su visión institucional sigue adherida a las concepciones neoliberales y ultraconservadora de la estigmatización como terrorista del conflicto social y armado, ignorando olímpicamente los avances en las conversaciones, el apoyo de otras naciones y las alternativas postuladas a la problemática agraria.


Su vergonzoso comportamiento ha quedado perfectamente alineado con los planes del uribismo y el bloque reaccionario comprometido en acciones para desestabilizar aún más el país  y en la proyección de una fuerza de poder político, armado y electoral, cuyo objetivo es sabotear las conversaciones y los acuerdos, llegando hasta la confrontación y el terrorismo contra la población civil.


Con su fetichismo electoral y cretinismo parlamentario, la izquierda institucional del Polo, que obstruye la paz, lo que hace es realzar viejas élites asociadas con la hacienda feudal, para de esa manera blindar su raquítico aparato burocrático, electoral, conservador y sectario.


Todo con el argumento de oponerse anticipadamente a una hipotética reelección del actual Presidente, quien está en el derecho de cursarla a partir del próximo mes de noviembre porque el estatuto constitucional lo permite. Lo que es harina de otro costal pues se omite el análisis concreto de la situación específica asociada con los diálogos de paz, que es lo pertinente. Que le hacemos, hasta allí llega su confusión y desatino.


¿O no doctor Robledo? ¿O no doctora López? ¿O no doctor Gaviria?.


El simulacro de una oposición retórica de baranda, no es más que una cortina de humo para encubrir su codicia por los votos y su ignorancia absoluta del momento crucial que vive en la actualidad la nación.


Igual de patético y oportunista fue su comportamiento frente al bochornoso episodio de corrupción protagonizado por su alcalde Samuel Moreno, en Bogota. Ante el cual la norma de conducta fue la indicada por su eminencia gris el jurista don Carlos Gaviria, que orientaba el paraguas del "debido proceso" para proclamar la inocencia de los protagonistas del mayor saqueo a los patrimonios estatales bogotanos, vestidos con el traje de la  podrida izquierda amarilla.


Es tremenda la responsabilidad de esta secta caudillista ante la historia de la nación. Ella misma se condena por su comportamiento funcional con la ultraderecha terrorista. Seguirá cuesta abajo hasta extinguirse melancólicamente  quedando convertida en una minúscula facción del bloque de poder de la vieja oligarquía violenta y despótica.


No creo que perdamos mucho. Al contrario es larga la ganancia para el bloque popular que lucha por la paz, la democracia y el socialismo del siglo XXI.


Popayán, 12 de abril de 2013.