domingo, 21 de abril de 2013

CARLOS LOZANO: “EN EL EXTERIOR APOYAN LA PAZ”

El director de VOZ habla sobre su reciente viaje a Europa
Redacción política: 
Carlos Lozano 1
 Carlos Lozano Guillén, con una reciente edición de VOZ.

Carlos A. Lozano Gui­llén, director de VOZ y dirigente del Partido Comunista Colombiano, está de regreso de un reciente viaje internacional. Estuvo en Pau, Pirineos franceses, París y Londres, cumpliendo una apretada agenda de compromisos adquiridos con antelación. Hemos conversado sobre los resultados de su viaje.


–¿Cuáles fueron las actividades realizadas en el reciente viaje por el Viejo Continente?

–Estuve en primer lugar, por compromisos adquiridos desde el año pasado, en la ciudad de Pau, hermosa localidad en los Pirineos franceses, participando en el XXII Festival de CulturAmérica, organizado por un grupo de solidaridad muy activo, integrado por franceses de ascendencia española y naturales, que asumieron la tarea de difundir la realidad cultural y social de América Latina. El grupo está encabezado por una persona excepcional, se trata de Jean Ortiz, profesor universitario y colaborador del diario comunista L’Humanité, quien asumió la tarea de realizar con éxito, cada año, el importante festival.

En esta ocasión, participaron conferencistas de Paraguay, Argentina y Guatemala, además de Colombia, incluyendo en la agenda actividades culturales, folclóricas, cine, teatro y música de calidad. Es un evento de singular trascendencia, porque significa que muy lejos, en Francia, hay la idea de que existe América Latina con oportunidades de una vida mejor y por otro mundo posible. Destaco la presencia de la escritora argentina Ana María Shua y del activista humanitario de Guatemala Aquiles Linares.
Expresiones de solidaridad

–¿Cómo recibieron su presencia en el caso colombiano?

–Bien. Muy bien. Hubo entrevistas de prensa, incluyendo un extenso reportaje en L’Humanité, uno de los patrocinadores del Festival. En la Universidad de Pau, con un público de estudiantes y académicos, hicimos la disertación sobre la situación colombiana y la expectativa de paz. Bien recibida y lo demostró la solidaridad y el apoyo. Todo el mundo entiende la oportunidad de que en Colombia surja la paz por la vía del diálogo y de la construcción política y social. En el auditorio de la Universidad de Pau, colmado de asistentes, aplaudieron bastante después de la intervención, como expresión de ánimo y solidaridad.

–¿En París cómo le fue?

–Bien. Con la hospitalidad de Manuel Salamanca y Catherine Marchais, hubo el tiempo para reunirnos con compañeros colombianos y peruanos para intercambiar opiniones. También para reunirnos con una grupo de militantes del Partido Comunista Francés, ávidos de conocer la realidad latinoamericana.

–¿Cuáles fueron las dificultades para viajar a Londres?

–En Colombia no recibí la visa de manera inexplicable. No la negaron pero tampoco me la dieron. Estando en Pau, por una comunicación de Mariela Kohon, directora de Justice for Colombia, supe que podía retirarla en el consulado del Reino Unido en París, por decisión excepcional de la cancillería. No fue fácil, algo extraño pasó, porque no fue rápida la expedición en la capital de Francia con el argumento que se requería una “autorización suplementaria”, nunca se me dijo de quién.

Al llegar a Londres, además, fui interrogado por un agente de inteligencia británica. Grotesco y provocador este episodio. Poco amistoso de un país que ha respaldado la guerra y poca colaboración presta a la paz. Ahora pretende cerrarle las puertas a los facilitadores de la paz en Colombia.
Apoyo pese a la distancia

–¿Qué más hizo en Londres?

–Además de reunirme con Justice for Colombia para acordar los proyectos de cooperación con la Fundación Semanario VOZ, sostuve reuniones con dirigentes sindicales y diputados de distintos partidos. Debido a la persistente labor de JFC, en el Reino Unido existe un fuerte movimiento de solidaridad con Colombia. También me reuní con el responsable de Colombia en la Cancillería de Reino Unido, Nick White, quien se mostró interesado por la realidad colombiana. Trabajan con la versión única y parcial del gobierno de Colombia.

–¿Cómo vieron a la distancia la marcha del 9 de abril?

–La marcha de Bogotá tuvo trascendencia. Fue gigantesca y nadie se engañó con la falacia de ser para favorecer la reelección de Santos. Ese fue el cuento de los que buscaron atajos para ocultar posiciones débiles y equivocadas frente al proceso de paz de La Habana. Hubo marchas en varios países y ciudades europeas, en España, Bruselas, París, Suiza, Londres. La marcha traspasó las fronteras. Hay respaldo a la paz y bastantes expectativas por el proceso de La Habana. No estamos solos.