PacoCol. Abril 20-2013
El río Amazonas de voces flotantes. Una corriente
de manos cerradas sobre sí mismas, en alto, muy adentro. Un mar de colores
circulares que fluye en oleadas, agitado el viento en símbolos rebeldes. El
océano de la imaginación fusionada en las arterias del presente y del porvenir
que desembocan. El amor danza, salta, abraza, canta, grita, ríe, susurra. El
océano es rojo, azul, música, amarillo, negro, indio, el océano es verde,
dorado, negro, mestizo, mulato, blanco, plateado, esmeralda. La vida devenida
en certeza y marejada envuelve y domina a la muerte.
Es la marcha de Simón Bolívar, viva y vivificante, liberada, de sus hijos que se saben inmortales. Venidos de los barrancos y los desfiladeros del anhelo, de los ríos, atajos y trochas del empeño, de las selvas de la dulce obstinación imbatida, los pueblos de Colombia braceando metro a metro a lo largo del río que flota, confiados, hacia la orilla donde la libertad se materializa, un 9 de abril. Un pueblo poeta. Marchamos como los grandes vientos, como la energía desencadenada de la Tierra, como los planetas se deslizan, marchamos con todos hacia la vida nueva, desencadenante y desencadenada y para siempre.
Es la marcha de Simón Bolívar, viva y vivificante, liberada, de sus hijos que se saben inmortales. Venidos de los barrancos y los desfiladeros del anhelo, de los ríos, atajos y trochas del empeño, de las selvas de la dulce obstinación imbatida, los pueblos de Colombia braceando metro a metro a lo largo del río que flota, confiados, hacia la orilla donde la libertad se materializa, un 9 de abril. Un pueblo poeta. Marchamos como los grandes vientos, como la energía desencadenada de la Tierra, como los planetas se deslizan, marchamos con todos hacia la vida nueva, desencadenante y desencadenada y para siempre.
*Poeta, director del Festival Internacional de
Poesía de Medellín.
Semanario VOZ