PacoColMiércoles 17 Abril 2013
Soldados confesaron cómo un sargento,
cumpliendo órdenes de su mayor, retuvo a tres civiles y luego los
mataron a sangre fría, cómo organizaron la escena del supuesto combate,
implantaron armamento y equipo de comunicaciones. Abogado Ramiro Orjuela
denuncia plan para asesinarlo.
Miguel Antonio Beltrán Chacón,
teniente coronel del Ejército Nacional, fue llamado a juicio por el
delito de homicidio en persona protegida del cual fueron víctimas los
campesinos Carlos Julio Gutiérrez López, Élder Tolosa y Ángel Gabriel
Virguez. Así lo dio a conocer el abogado que lleva el caso, el doctor
Ramiro Orjuela.
Los hechos por los que se lleva a juicio al mencionado militar ocurrieron entre el 26 y el 27 de octubre de 2006, en el marco de la operación táctica Odisea, cuando en la vereda Loma Linda, del municipio de Vista Hermosa, en el departamento del Meta, tropas del Batallón de Contraguerrilla Nº 6 al mando del subteniente William López Stanly, comandante de la compañía Argelia, reportaron un enfrentamiento armado con la guerrilla en el cual habían caído tres presuntos guerrilleros.
Para la época de los hechos el mayor Beltrán Chacón reemplazaba al comandante titular Jaime Rivera Rincón como encargado del Batallón de Contraguerrilla No 83, por orden del comandante de la brigada, coronel Cipriano Peña Chivata. El mencionado batallón estaba dividido en varias compañías entre las que estaba Argelia.
La investigación demostró que la muerte de los mencionados campesinos, no se produjo en enfrentamiento armado entre la escuadra al mando de sargento López, con miembros del frente 27 de las FARC, como lo afirmó el entonces mayor Beltrán Chacón, sino que fue un homicidio premeditado.
Por supuesto que dicha afirmación se hace con base en los testimonios de los soldados profesionales José Hermes Díaz Trujillo, Juan Carlos Polo, Mauricio Ducuara, Einer Damían Terán, Meneses Navarro, José Efraín Chinchilla y el guía Fernando Bazurto.
La declaración de este último es contundente en el proceso, toda vez que sostiene que el mayor Beltrán permanecía en la parte trasera del caserío de la vereda Loma Linda y fue éste quien ordenó al sargento López conseguir tres personas con el fin de legalizar las armas encontradas el 26 de octubre de 2006. Aquí parte de las declaraciones:
“Cuando andaba con el teniente López, se cogió lo del carro, es decir el armamento, entonces el teniente López le pasó parte al mayor Beltrán. Ahí fue donde mi mayor le dijo al teniente López que legalizara unas tres personas para poderlas pasar como guerrilleros”.
Este mismo testigo (Bazurto Contreras) relató cómo el teniente López junto como otros militares se dispusieron a cumplir con la macabra orden del mayor Beltrán.
“…El día 27, como a las 6:30 am habían montado un puesto de observación al borde de la carretera. Estaban el sargento López, el radista Peña, el enfermero Gaitán y tres soldados más… cogieron a los civiles y los llevaron hasta donde fueron ultimados”.
El resto de la declaración da cuenta de cómo iban vestidas las víctimas y del lugar exacto donde fueron asesinados estos tres civiles. Añade comentarios respeto a las botas que les fueron puestas luego de ser asesinados.
Las tres víctimas no fueron asesinadas en combate, no tenían ningún tipo de armamento, ni granadas, ni radios de comunicación, solo a uno de ellos le hallaron unos cigarrillos que fueron decomisados por los militares.
El soldado Díaz Trujillo cuenta cómo el sargento López le ordenó disparar a los tres civiles, pero éste se negó, entonces su compañero Jiménez Rosemberg dijo: ¡venga yo le hago! Otros que dispararon fueron Meneses Navarro y Yeis Logan. Sin ser esto suficiente el sargento López ordenó disparar en el lugar para simular un combate y que vistieran a uno de ellos con un camuflado. Posteriormente se reportó la muerte en combate de los supuestos “guerrilleros”, quienes fueron encontrados con armamento y equipo de comunicaciones, todo implantado arbitrariamente por los soldados.
Como este caso son cientos en todo el país, que hasta la fecha no han salido a la luz pública. En éste quedó demostrado que el ejército disparó contra Carlos Julio Gutiérrez, Élder Tolosa y Ángel Gabriel Virguez, trabajadores humildes quienes fueron reconocidos por sus familiares.
El doctor Ramiro Orjuela, reconocido defensor de derechos humanos y quien se ha dado a la tarea de llevar estos casos de falsos positivos en el departamento del Meta, denunció a VOZ un plan para asesinarle simulando un accidente u otra forma que no levante sospechas. Según comentó el abogado, obtuvo la información de una fuente de alta confiabilidad.
En la imagen.- El Doctor Ramiro Orjuela representante de las víctimas de falsos positivos.
Semanario VOZ
Semanario VOZ