El gerente de la Federación Nacional de
Cafeteros de Colombia, Genaro Muñoz, debe renunciar a su cargo, ante su
incapacidad para dirigir el gremio cafetero en este país. Funcionario
que no es capaz de liderar el gremio con solvencia moral y compromiso
político no puede ocupar cargo de tan elevada responsabilidad.
Tampoco apoyó el justo pliego de los
caficultores, como el precio digno, la rebaja del costo de los insumos,
la democratización de la Federación y el rechazo de la megaminería en
zona cafetera. En ningún momento el gerente de marras se sintió por
aludido. Genaro Muñoz estuvo pendiente de las gabelas que ofrece el
corrupto Establecimiento, siempre estuvo dispuesto a vender los sueños y
las utopías del pueblo caficultor que se lanzó conscientemente a las
calles a luchar.
¿Qué le puede interesar a Genaro Muñoz el drama de los pequeños y medianos caficultores? ¿Qué conciencia social puede tener un funcionario que nadie del gremio cafetero sabe cuánto gana mensualmente?
Casi la totalidad de comités municipales
de Pereira le vienen solicitando su renuncia, lo mismo sus homólogos de
los departamentos de Antioquia, Caldas y Cundinamarca. Seguramente en el
transcurso de los próximos días otros comités municipales y
departamentales se sumarán. No vale la pena tener un zángano de estas
características en la dirección de la Federación.
El esfuerzo
heroico de los caficultores que participaron del paro del 28 de febrero
al 8 de marzo no puede resultar estéril, debe arrojar sus frutos y uno
de ellos es precisamente la democratización de este ente, comenzando por
la renuncia de don Genaro Muñoz.