Prensa Latina. 26 Junio 2013
La Habana, 26 jun (PL) Para terminar una guerra de más de medio siglo y
centenares de miles de muertes, es justo convenir cambios que satisfagan necesidades
del pueblo colombiano, sostuvo aquí el comandante insurgente Pablo Catatumbo.
Ver imagen en FotosPL
Miembro de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP)que dialoga en esta capital con el
gobierno de su país, Catatumbo cree que la paz es un anhelo que une a la
mayoría de sus compatriotas.
Sin embargo, considera que el diálogo pasa por un "momento
crítico", que atribuye al "discurso de doble carril" del
presidente Juan Manuel Santos.
"Constantemente nos amenaza y pone ultimatum. En el fondo siguen
creyendo que la insurgencia puede ser derrotada militarmente", aduce.
Una publicación de su país lo califica como "curtido forajido del
Estado Mayor y el Secretariado de las FARC", pero el guerrillero colombiano
acudió a la entrevista en la sede de Prensa Latina en La Habana con la historia
de su país a mano.
Colombia nació como república con la particularidad de que la oligarquía
recurrió desde entonces al crimen político para mantener sus privilegios, asegura.
Apuntó que se trata de una malformación repetida en el tiempo, contra
Bolívar, Sucre, Gaitán y otros actores que intentaron transformar esa nación
sudamericana.
"Eso está en el fondo de nuestros reclamos", insiste. De otra
manera -indica- no se puede explicar que en el siglo 19 ocurrieran 47 guerras
civiles, todas por resolver los conflictos heredados por incumplir con las
banderas del Libertador.
Catatumbo enfatiza que la desigualdad en la tenencia de la tierra dio
origen al conflicto y es un problema irresuelto en "el país más desigual
del mundo según datos de Naciones Unidas".
"Es aberrante la excesiva concentración de la propiedad por la cual el
0,9 por ciento de la población dispone del 99 por ciento de las acciones
empresariales".
Explica que las diferencias en la mesa de conversaciones son de fondo.
"No tienen en su cabeza -enfatiza- otra fórmula que el proceso que
desmovilizó al M-19", cuya dirigencia fue asesinada.
Dijo que el gobierno entiende la participación como que "los
guerrilleros salgamos a hacer política; nos ofrecen puestos de representación,
llegar al Senado, llegar a la Cámara, ser gobernadores".
Riposta que sería con "unas reglas amarradas, un código electoral
absolutamente corrupto, con unas legislaciones antidemocraticas".
Reveló que en las pláticas que tienen lugar en el Palacio de Convenciones
de La Habana los representantes gubernamentales les recriminan: "ustedes
quieren que le hagamos la revolución en la mesa'".
"Somos lo suficientemente realistas para saber que se pueden hacer
reformas que establezcan posibilidades de librar la lucha política en otras
condiciones", arguye.
LA CONSTITUYENTE
En las últimas semanas la delegación de las FARC insiste en su propuesta de
celebrar una Asamblea Constituyente como vía para promover los cambios en
Colombia.
Incluso sectores de izquierda de su país parecieran no tenerlas todas
consigo con esa idea, que también es rechazada por el ejecutivo de Juan Manuel
Santos.
El comandante guerrillero coincide que "es un riesgo, pero creo que,
si el gobierno aceptara convocar una Asamblea Nacional Constituyente por la
Paz, sería acogida por todo el pueblo".
La calificó como un "tratado de paz que sirva incluso para dirimir las
diferencias que no hemos podido resolver en la mesa de conversaciones".
"Nadie puede creer que doce guerrilleros y doce personeros del
establecimiento pueden ponerse de acuerdo sobre temas como el latifundo o los
tratados de libre comercio". Pero -reflexiona- la nación si puede hacerlo
en la Constituyente.
"Consideramos que podemos ganar ese debate democrático, en ese
escenario, porque el pueblo ha sufrido mucho y los latifundistas son una
minoría", dijo.
Se refirió a "sectores poderosos recalcitrantes" que se oponen en
la paz, y citó entre estos a los terratenientes y otros asociados al ex
presidente Álvaro Uribe. "El gobierno de Uribe favoreció a sectores
emergentes de la burguesía mafiosa que lucró con contratos del Estado y se
enriqueció con la guerra.
También a sectores militaristas en las fuerzas armadas los cuales
"temen que un acuerdo con la guerrilla los va a sacrificar y mandar a la
cárcel".
"Las FARC no les guarda rencor a los militares, hemos combatido, ellos
han dado el pecho y lo han hecho con valentía. Pero les hemos dicho que son
instrumentos de la oligarquía, garantes de sus privilegios".
El dirigente insurgente considera más culpable a los "dueños de los
ingenios que armaron paramilitares y asesinaron a medio país". "Esos
siguen impunes".
"Tenemos que llegar a un punto de realismo en que los actores de la
guerra tenemos que ser anmnistiados. Una ley de punto final".
Dijo que ese es un tema que aún no ha sido debatido, pero que tendrá que
llegar "para evitar que los sectores militares se conviertan en un
obstáculo a un acuerdo de paz".
"Estamos alzados en armas porque nos obligaron, nos asesinaron. La
solución política es difícil, pero la creemos posible", concluyó.
tgj/ool