Por: Juan David Laverde Palma
El Espectador. Sabado 25 de Mayo 2013.
En razón a dos diligencias de versión
libre de los jefes exparamilitares Diego Fernando Murillo Bejarano,
alias Don Berna, y Jesús Emiro Pereira, alias Huevoepisca, en las cuales
aportaron detalles sobre el homicidio de los investigadores del Cinep
Mario Calderón y Elsa Alvarado, la Fiscalía ordenó la captura del
coronel del Ejército Jorge Eliécer Plazas Acevedo.
En la declaración de Jesús Emiro
Pereira, hoy detenido en la cárcel de Montería y también procesado por
el secuestro y tortura de la periodista Jineth Bedoya, el jefe
paramilitar sostuvo que las muertes de Calderón y Alvarado fueron
ejecutadas por la banda La Terraza de Medellín. Sin embargo, en
desarrollo de su testimonio, Huevoepisca mencionó a otros personajes
que, por la misma época, colaboraron con las autodefensas. Cabe aclarar
que Jesús Emiro Pereira fue hombre importante en la estructura del
bloque Capital, responsable de varios episodios de violencia en Bogotá
entre 1997 y 2004.
Pereira admitió que trabajó con el coronel
(r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo y que la persona que los relacionó,
porque “era simpatizante de las autodefensas”, fue el general (r) Rito
Alejo del Río. A su vez, Huevoepisca aclaró que a este último lo conoció
en Bogotá en 1998, cuando acababa de llegar de la región de Urabá, y se
lo presentó el jefe paramilitar Carlos Mauricio García, alias Doble
Cero. El general (r) Del Río, según el declarante, le presentó a Plazas
Acevedo para que cuadraran cosas con las autodefensas y por eso la
organización ilegal puso a algunos de sus hombres a disposición del
coronel Plazas.
Al ser interrogado sobre estos nexos,
salieron a relucir dos personajes más: José Húber Coca, alias Camilo
Coca, y Graciano Goez. Al respecto, Huevoepisca observó que ambos
operaban desde La Mesa (Cundinamarca), las autodefensas les pagaban su
sueldo, pero su jefe directo era el coronel Plazas, quien para la época
oficiaba como jefe de inteligencia de la Brigada XIII del Ejército.
Alias Huevoepisca insistió en que a Camilo Coca lo mandó a matar el
propio coronel Plazas Acevedo y que Graciano Goez está preso por cuenta
de la Ley de Justicia y Paz y podría aclarar éste y otros crímenes
ocurridos a finales de los años 90 en Bogotá.
La Fiscalía
quiso conocer qué podía saber Huevoepisca respecto a otros magnicidios,
como el del penalista Eduardo Umaña, ocurrido en abril de 1998. Pereira
negó tajantemente saber algo de ese asesinato, de la misma manera que
negó conocer los vínculos de otros oficiales retirados del Ejército con
las autodefensas. Eso sí, dejó claro quién era el intermediario para que
esas fuerzas ilegales les pagaran a miembros del Ejército, la Policía y
el DAS por información de inteligencia: “John Lora, y está muerto”. Era
de Montería. El segundo pagador fue un exfiscal que hoy está
desmovilizado y tenía el alias de Fiscalía.
Las declaraciones
de Jesús Emiro Pereira y Don Berna han permitido esclarecer en buena
medida cómo llegó a operar el paramilitarismo en la capital de la
República. Aunque el ente investigador ha relacionado una sucesión de
crímenes y hechos violentos ocurridos entre 1997 y 2004, empezando por
el doble homicidio de los investigadores del Cinep, Calderón y Alvarado,
todo apunta a que la misma organización o sus enlaces en la Fuerza
Pública tuvieron que ver con el magnicidio del humorista y periodista
Jaime Garzón, perpetrado el 13 de agosto de 1999.
De hecho,
el coronel (r) Plazas Acevedo, prófugo de la justicia desde 2003, cuando
escapó de la Escuela de Artillería en Bogotá, donde purgaba una condena
de 40 años por el secuestro y homicidio del industrial israelí Benjamín
Khoudari, tiene hoy orden de captura internacional por el caso Garzón.
En octubre de 2012, la Fiscalía encontró razones para pedirle a la
Interpol la detención de Plazas, cuyo alias en las autodefensas era Don
Diego. Al crimen de Garzón también está vinculado el exsubdirector del
DAS José Miguel Narváez.
Seis meses después del asesinato de
Jaime Garzón ocurrió el secuestro de la periodista Jineth Bedoya, quien
para entonces, como reportera del diario El Espectador, denunciaba actos
de corrupción en la cárcel Modelo de Bogotá. En septiembre de 2012, en
desarrollo de la investigación por las agresiones a la periodista, la
Fiscalía ordenó la detención preventiva por los delitos de secuestro,
tortura y acceso carnal de los paramilitares Mario Jaimes Mejía, alias
El Panadero, Alejandro Cárdenas Orozco, alias JJ, y Jesús Emiro Pereira
Rivera, alias Huevoepisca. Es decir, la misma organización en Bogotá.
En
esa época, el bloque Capital y el bloque Centauros cometieron un
sinnúmero de delitos en Bogotá, insuficientemente aclarados. La
vinculación del coronel Plazas Acevedo a ese engranaje en dos graves
episodios, como los crímenes de los investigadores del Cinep, baleados
en su propio apartamento, o el de Jaime Garzón, deja ver que existió una
organización en Bogotá creada por las autodefensas, que tuvo el apoyo
permanente de oficiales y suboficiales del Ejército, la Policía y el
DAS. La justicia sigue al debe para aclarar el capítulo de horror del
bloque Capital.
Justamente esta semana el portal Verdad
Abierta entrevistó en Argentina a Henry de Jesús López, alias Mi Sangre,
capturado el año pasado, quien confirmó pagos mensuales de $400
millones a oficiales y suboficiales de la Policía en Bogotá que
colaboraran para fortalecer a la estructura criminal.
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http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-424040-el-oficial-de-los-magnicidios