Miércoles 03 de Julio 2013
Tras la muerte de Fidel Castaño, sus hermanos Carlos y Vicente asumen la comandancia de las Accu.
¿Quiénes ayudaron a financiar a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu)
en sus primeros años? ¿Qué entidades financieras y cuáles funcionarios
bancarios se prestaron para lavar dineros de los hermanos Castaño? ¿Cómo
la Fundación para la Paz de Córdoba (Funpazcor) canalizó dinero para la
expansión del paramilitarismo? ¿Quién y por qué se frenó la
investigación judicial que había comenzado a descubrir los movimientos
financieros del paramilitarismo desde 1998?
Estos y otros interrogantes sobre el aparato financiero de las Accu
son los que aún faltan por responder, según concluyeron los magistrados
de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín. Por
ello, este alto tribunal le ordenó a la Fiscalía General de la Nación
elaborar un detallado informe sobre los funcionarios bancarios que
tuvieron relación con los grupos de autodefensa durante los años 1988,
1989, 1994, 1995 y 1996. Asimismo, le solicitó avanzar en la
investigación sobre Funpazcor, organización creada por los hermanos
Carlos y Fidel Castaño en 1990.
Para los magistrados de la Sala, lo hallado en dicha investigación
debe cotejarse y completarse con lo consignado en el expediente 34.986,
que contiene los resultados de un allanamiento realizado por la entonces
Fiscalía Regional el 30 de abril de 1998 en un parqueadero situado en
el centro de Medellín conocido como ‘Padilla’. En esta diligencia
judicial se halló abundante material sobre los movimientos financieros
de las Accu entre 1995 y 1998
Esa oficina clandestina en el parqueadero era manejado por Jacinto Alberto Soto Toro, alias ‘Lucas’,
quien fue capturado en el operativo y cinco meses después se fugó de la
cárcel Bellavista empleando una boleta de libertad –al parecer en regla
– emitida mediante maniobras administrativas fraudulentas que no fueron
investigadas en su momento. Tras la huida, Soto se trasladó al Urabá
antioqueño, adoptó el nombre de 'Leonardo' y le llevó por varios años
las cuentas a Vicente Castaño.
VerdadAbierta.com constató a través de diversos archivos judiciales
que en los registros contables de las Accu aparecen cheques girados por
los paramilitares desde cuentas que tenían en los bancos Occidente,
Popular y el entonces Banco Industrial Colombiano (BIC), hoy
Bancolombia. Asimismo, la investigación sobre los registros hallados en
el Parqueadero Padilla determinó que entre 1995 y 1998 se hicieron
movimientos de dinero a través de 497 cuentas de 60 titulares, entre los
que se encuentran empresas públicas y privadas.
La posibilidad de adelantar las investigaciones penales
correspondientes a finales de la década del noventa se vio entorpecida
por el asesinato de varios funcionarios del Cuerpo Técnico de
Investigaciones (CTI) de la Fiscalía General de la Nación, entre ellos
Sergio Humberto Parra Ossa, quien estuvo al frente del operativo en el
Parqueadero Padilla.
Lo que se sabe de las finanzas de las Accu
Lo revelado por los ex paramilitares Jorge Humberto Victoria, alias ‘Capitán Victoria’; Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’; y Ornán Pérez Gómez, entre otros, deja entrever que los hermanos Castaño no tuvieron reparos en recurrir al narcotráfico, secuestro extorsivo, robo de ganado y hasta la venta de batallones de hombres entrenados y equipados para la guerra, para sostener el naciente grupo de autodefensas y convertirlo en un poderoso ejército irregular que asoló regiones enteras, aterrorizó a la población civil, persiguió las guerrillas y cooptó varias instituciones estatales locales y nacionales.
En sus testimonios dentro del proceso de Justicia y Paz, los
desmovilizados coincidieron en afirmar que entre los años 1988 y 1990,
el propio Fidel Castaño era el jefe de las finanzas de su organización y
que el dinero para pagar la nómina de los integrantes de las Accu era
enviado desde Medellín en los mismos camiones que salían desde las
fincas de los Castaño en San Pedro de Urabá y Valencia (Córdoba),
repletos de ganado para subastar en la capital antioqueña.
“Fidel tenía mucho ganado”, Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’.
“Semanalmente se despachaban de sus fincas por lo menos 20 camiones para
la feria en Medellín. Varios de esos camiones tenían unas caletas en
las que se mandaba la plata para pagar la nómina. Esa plata era producto
del narcotráfico porque Fidel, para esos años, ya era uno de los
grandes narcotraficantes en Colombia”.
El
secuestro extorsivo también se convirtió en una importante fuente de
recursos para las Accu en sus primeros años, tal como lo manifestó el
propio ‘Monoleche’: “Yo supe que Fidel secuestró a uno de los dueños de
la finca Las Tangas, un señor de apellido Ballesta.
(Ver nota en VerdadAbierta.com: Los Castaño donaron tierra usurpada y luego usurparon la tierra donada).
También supe que secuestró al dueño de una finca en Necoclí llamada ‘La
Virgen del Cobre’. Si no estoy mal el señor se llamaba Santiago Ocampo y
le decían Pelusa”.
En
realidad, ‘Monoleche’ se debe referir a José Ocampo, un
narcotraficante, que según el libro Los Jinetes de la Cocaína del
periodista Fabio Castillo era un taxista de Medellín que, después de
viajar con frecuencia a Estados Unidos, volvió a la ciudad con mucho
dinero, compró y convirtió el estadero Las Lomas en la discoteca Kevin’s
que dio mucho de qué hablar en los años ochenta.
Compró la gran
hacienda de La Virgen del Cobre, y otra llamada Villa Milena en Necoclí.
Según Castillo, Ocampo patrocinaba La Fiesta del Coco en la región, y
un párroco se refirió a él en el diario local con admiración: "Las
gentes han fijado la mirada en este hombre (Pelusa) que como obra de
Dios llegó a Necoclí para ayudar en torno a las obras de desarrollo".
En el manejo de las cuentas de la organización para esos primeros
años fueron de vital importancia alias ‘Capitán Victoria’ y dos miembros
de la familia Castaño: Héctor, hermano de Fidel; y John Henao, esposo
de otra hermana, Adelfa Castaño. Mientras Henao era encargado de llevar
desde Medellín, en los camiones con caletas especiales, el dinero a la
finca Las Tangas, Héctor y el ‘Capitán Victoria’ se encargaban de
pagarle a los patrulleros.
La contabilidad de las Accu dejó de manejarse informalmente, con
camiones repletos de billetes, y adquirió un carácter más ‘empresarial’
con la creación, el 5 de octubre de 1990, de la Fundación para la Paz de
Córdoba (Funpazcor).
El caso Funpazcor
En sus objetivos misionales Funpazcor se autoproclamaba como “un ente en el que tendrán representación todas aquellas personas atropelladas por la violencia (…) y que tiene el propósito de contribuir de manera eficaz a la obtención de una paz duradera en el departamento de Córdoba”. No obstante, años después quedó en evidencia cómo, desde esta organización, los Castaño lavaron dinero del narcotráfico, usurparon tierras y ganado a los campesinos y finqueros del norte de Urabá y sur de Córdoba, y financiaron las Accu
En todo ello fue fundamental Sor Teresa Gómez,
quien fuera presidenta de Funpazcor durante sus primeros años. Según
‘Capitán Victoria’, el responsable de los pagos a las estructuras
paramilitares de Córdoba entre 1989 y 1992, “cuando llegó Sor Teresa,
los dineros le llegaban a ella y ya ella se los entregaba a los
comandantes. Estas nóminas eran elaboradas y recibidas por alias ‘J.L’,
que estaba en Medellín”.
De acuerdo con lo documentado por la Fiscalía 13 de Justicia y Paz,
con cheques del Banco de Occidente girados por Sor Teresa se compraron
cientos de hectáreas de tierra en San Pedro de Urabá y Valencia. El
encargado de esta tarea era alias ‘Monoleche’, quien le declaró a la
Justicia que “Sor Teresa hacía muchos sobregiros de esa cuenta del Banco
de Occidente. Con esos cheques se les pagaba a los trabajadores de las
fincas de Fidel, que eran por lo menos unos 600”.
Estas compras en el norte de Urabá y sur de Córdoba coinciden, según
la Fiscalía 13, con la ocurrencia de decenas de desplazamientos masivos y
el hurto de miles de cabezas de ganado, destinadas, en parte, para el
sostenimiento de la organización. Así lo reconoció en versión libre
alias ‘Monoleche’: “mucho de ese ganado hurtado se vendió y eso fue para
sostener la organización”.
Lo inspeccionado hasta ahora por esta Fiscalía indica que para 1995
el patrimonio líquido de Funpazcor era de 728 millones de pesos
(equivalente en esa época a unos 900 mil dólares); para 1996 bajó a 234
millones de pesos; y para los años 1997 y 1998 se redujo a 31 millones
de pesos (unos 23 mil dólares del momento).
En los documentos encontrados por el CTI en el Parqueadero Padilla en
1998 también había aparecido el nombre de Sor Teresa Gómez. Ella
figuraba endosando varios cheques girados desde diferentes cuentas, una
de ellas perteneciente a Pedro Ortega Lora, primo de Ricardo López Lora,
de quien hoy sabemos era miembro del Bloque Bananero de las Auc. Esta
investigación llevó a las autoridades a allanar la sede de Funpazcor, el
24 de mayo de 2001. En el operativo judicial fueron capturados Tarquino
Morales y Adonis González, quienes fueron procesados por el delito de
concierto para delinquir.
La llegada de nuevos narcos
Tras la desaparición de Fidel Castaño en 1994, su hermano Vicente asumió el manejo de las finanzas de las Accu mientras que Carlos se erigió como el vocero político y militar de esta organización. “Carlos pensó que podía financiar al movimiento sin tocar dineros del narcotráfico, pero al ver que no es capaz, le dice a Vicente que buscara a los narcotraficantes”, dijo en versiones libres ante fiscales de Justicia y Paz alias ‘Monoleche’.
En su testimonio, ‘Monoleche’ contó que al primero que llamó Vicente fue a Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’.
“Lo que acordaron fue que Vicente le daba el control de una zona
cercana al Sur de Bolívar, donde el Eln era fuerte. Allá había coca y
oro, y él tenía que financiarse con eso. Cuando le sobraran finanzas, el
50 por ciento era para Vicente. El encargado de recoger esos dineros
era (alias) ‘Gordopepe’ (Bayron Alfredo Jiménez Castañeda)”.
El acuerdo entre Vicente y ‘Macaco’, según dijo ‘Monoleche’, incluyó
otra fuente de financiación de las Accu poco conocida hasta ahora.
“Macaco’ le pidió hombres a Vicente. Entonces Vicente le dijo a (alias)
‘Rodrigo Doble Cero’ (Carlos Mauricio García) y él se encargó de
reclutarlos y entrenarlos. Vicente le mandó a ‘Macaco’ 100 hombres, con
su respectivo camuflado, fusil y granadas de mano, pero le pidió 100
millones de pesos. Así era con todos los comandantes de todas las zonas:
pedían hombres y Vicente mandaba, pero cobraba 100 o 200 millones de
pesos”, reveló alias ‘Monoleche’.
Vicente terminó acumulando una gran fortuna tanto por la “venta” de
hombres entrenados y equipados, como por el tributo que le exigía a
cada comandante que enviaba a hacerse cargo de una zona: el 50 por
ciento de los excedentes de los negocios ilícitos presentes en sus
territorios.
Las pesquisas de la Fiscalía 13 han permitido establecer que Vicente
hizo inversiones en obras sociales, entre ellas Colombia sin Hambre,
organización no gubernamental que tiene como propósito ayudar a las
comunidades más vulnerables del norte de Urabá con la entrega de tierras
a campesinos pobres, para que siembre cultivos de pancoger que les
aseguren por lo menos su alimentación.
No obstante las revelaciones de los desmovilizados, tal como lo
señaló la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín aún
quedan preguntas por resolver. Entre otras, si existe alguna
investigación contra Jacinto Soto Toro, el primer capturado en el
Parqueadero Padilla que luego se fugó de la cárcel; si existe una orden
oficial de extinción de dominio contra los bienes de Sor Teresa Gómez o
sus testaferros; si la justicia reabrirá el expediente conocido como
“Parqueadero Padilla”, para poder encontrar y hacer responsables a
quienes le dieron la financiación original a las Accu y a sus cómplices
en empresas y bancos.
En una investigación realizada por el Instituto Popular de
Capacitación (IPC) y la Corporación Jurídica Libertad y publicada en
octubre de 2010 bajo el título Memoria de la impunidad en Antioquia, lo
que la justicia no quiso ver frente al paramilitarismo, un investigador
judicial consultado al respecto de los hallazgos en el Parqueadero
Padilla dijo: “Con toda la información que había allí fácilmente podría
haberse desmantelado el paramilitarismo. Todo lo del parqueadero Padilla
quedó en silencio y es lo que yo reprocho: ¿por qué la Fiscalía no
asumió el compromiso que tenía que asumir? Le atribuyo yo esa situación a
presiones de origen político por la calidad de gente podría aparecer
involucrada, desde luego que eso no justifica una posición de esa
naturaleza. Por más presiones que haya la administración de justicia no
puede obviarse”.
De acuerdo la investigación realizada por el IPC y la Corporación
Jurídica Libertad, el tratamiento judicial que se le dio a finales de
los noventa al expediente 34.986 demostraría que “la correlación de
fuerzas condensada en la Fiscalía General de la Nación fue favorable al
funcionamiento del dispositivo paramilitar, de ahí la activación de
distintos mecanismos para asegurar que expedientes tan significativos
como éste no culminaran en acusación y sanción penal contra los
responsables de la financiación de las Accu”.
Si la justicia hubiera hecho su trabajo, es muy probable que se
hubiera cortado de raíz la expansión paramilitar y con ello, se hubieran
evitado miles de asesinatos, desapariciones, masacres y desplazamientos
forzados en el Caribe y Antioquia.
Última actualización el Miércoles, 03 de Julio de 2013 20:04
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