15 Julio 2013
"Si es para la paz, cuenten con el ELN", dijo Rodríguez Bautista. (Foto: contrainjerencia.com)
A través de una carta abierta, el comando central del Eln le respondió a la Conferencia Episcopal sobre la pretensión, de algunos obispos, en el sentido de que la guerrilla debe desarmarse como elemento condicionante para que el Gobierno inicie un proceso de paz -como el que se desarrolla en Cuba con las Farc-.
“Abrimos
esta misiva afirmando que consideramos desafortunado dicho comentario
(…) ello evidencia que la jerarquía católica desasocia la paz con la
lucha por la justicia social, dónde éste último queda nuevamente
postergado”, aseguran y añaden que “la postura de la jerarquía eclesiástica demuestra su total sintonía con el discurso de la clase dominante, al reproducir una mirada carente de visión histórica o crítica de la realidad nacional”.
Según la guerrilla “el
llamado al desarme de la guerrilla desconoce factores decisivos en el
conflicto armado que vive Colombia, que son determinantes para alcanzar
una paz duradera”:
El primer argumento del Eln sugiere que “hay
armas y ejércitos de lado y lado. Si los llamados que hace la iglesia
católica por la terminación del conflicto armado son auténticos, hay que
partir del hecho que a ambos contendientes de la guerra les corresponde
ceder y hacer concesiones y de esa manera llegar a acuerdos”, asimismo, cuestionan las pretensiones del Gobierno de mantener intactas las fuerzas armadas luego de conlcuir con éxito un proceso de paz.
Como segundo punto aseguran que “plantear
el desarme de las guerrillas desconoce que la guerra tiene hondas
raíces históricas y estructurales que se reflejan, entre otras cosas, en
la inmensa desigualdad que caracteriza a la sociedad colombiana”.
La guerrilla insiste también en que “la paz no es sinónimo del silenciamiento de los fusiles, sino resultado de grandes reformas que han sido negadas durante más de medio siglo”, por tanto descartan la entrega de armas sino han concretado nada en un eventual diálogo con el Gobierno Nacional.
Finalmente, añaden que “la posibilidad de hacer política sin armas implica, necesariamente, un sistema de garantías políticas donde la oposición no sea estigmatizada”.
Por: Elespectador.com