jueves, 18 de julio de 2013

EL POLO LE CIERRA LAS PUERTAS A UNA COALICION DE IZQUIERDA (A MENOS QUE SEA ALREDEDOR SUYO)

Por: Juan Esteban Lewin
Lasillavacia. Mar, 2013-07-16

El lunes el Comité Ejecutivo del Polo Democrático se pronunció oficialmente en contra de la reforma electoral que buscaría salvar a los partidos minoritarios. Con esa decisión el partido liderado por Clara López y Jorge Robledo le cierra las puertas a una eventual alianza con otras fuerzas de izquierda para las elecciones legislativas y pone en riesgo una candidatura "de unidad" para las presidenciales, a menos de que sea alrededor suyo.


Como ha contado La Silla, el proyecto que se ha comprometido a liderar el senador y futuro presidente del Congreso Juan Fernando Cristo es fundamental para los partidos pequeños, que se enfrentan al aumento del umbral: desde la reforma política de 2009 se estableció que en 2010 el umbral sería del dos por ciento de todos los votos para Senado y que en 2014 subiría al tres por ciento. Eso quiere decir que un partido va a necesitar entre 450 y 500 mil votos para tener senadores y conservar su personería jurídica (que es la que permite recibir anticipos en campañas futuras y otorgar avales). Si Cristo logra convencer a la Unidad Nacional de apoyar este proyecto, los partidos pequeños podrían presentarse en listas conjuntas al Congreso, alcanzar el umbral y sobrevivir.

El Polo siente que no tiene el riesgo de quemarse, y por lo tanto no tiene un interés directo en el proyecto. Decidió no apoyarlo con el argumento de que sería un cambio de las reglas electorales a pocos meses de que empiece de lleno el proceso electoral (las inscripciones son en noviembre), lo que a su juicio es antidemocrático. Frente al señalamiento de que esa postura es poco solidaria con los partidos pequeños, incluso con movimientos de izquierda como Progresistas y Marcha Patriótica, los del Polo dicen que por eso apoya una demanda que presentó el senador Carlos Baena, del Mira, contra la reforma constitucional que aumentó el umbral. 
Los cálculos electorales del Polo
 
El senador Jorge Enrique Robledo es la cara visible del Polo, y uno de los más reacios a buscar alianzas con otros sectores de la izquierda. Foto: Juan Pablo Pino
 
 
Clara López Obregón es la candidata presidencial del Polo y su presidente. Ha hablado de buscar la unidad con otras manifestaciones de izquierda, pero para las presidenciales. Foto: Juan Pablo Pino
 
La apuesta del Polo es que Robledo, que es una figura carismática, que mueve mucha opinión y que no deja de posicionarse con denuncias como la reciente sobre las compras irregulares de tierras en el Vichada, arrastre la lista del partido. 

Como le dijo el senador a La Silla hace algunos meses “No tenemos preocupación por el umbral, estamos seguros que lo pasamos”.

En 2010 Robledo obtuvo 165 mil votos, una tercera parte de lo que se necesita para llegar el umbral, y el Polo llegó a 825 mil. Repetir esa votación es casi imposible, porque desde entonces el Polo vivió la debacle en Bogotá tras la destitución de Samuel Moreno, lo que le quitó mucha fuerza al partido - además de que perdió su principal fortín en la capital.

Otro golpe fuerte fue la salida de Petro en 2010, después de haber sido candidato presidencial del Polo. Con él se fueron Antonio Navarro, otra de las pocas figuras nacionales del partido, por lo menos dos congresistas que el Polo ya expulsó (Jorge Eliécer Guevara y Luis Carlos Avellaneda, que sumaron unos 90 mil votos en 2010) y otros ex candidatos al congreso como Marcelo Torres, Eduardo Noriega, Aldo Cadena y Carlos Simancas (que pusieron entre todos otros 30 mil votos). Así, contando por encima, Progresistas le quitaría al Polo mínimo unos 120 mil votos al Senado.

Además, Petro se llevó un porcentaje importante de miembros de sindicatos como Fecode, Sintradistritales o Sintraemcali. La pelea por el poder en la CUT, la principal central sindical del país con más de 500 mil afiliados, es la muestra de que el golpe fue grande dentro de la misma izquierda.

Para compensar esas restas, el Polo le apuesta a sumar votos de movilizaciones sociales: estudiantes cercanos a la Mane y a las protestas estudiantiles de 2011; caficultores descontentos con Santos; industriales molestos con los TLC. Y aunque en algunos de estos grupos podrían tener la competencia de la Marcha Patriótica, un directivo del Polo le dijo a La Silla que creen que ese grupo más bien genera prevención en muchos de estos movimientos.

La enredada unidad de la izquierda
 
El último Congreso del Polo le dio a Clara López, su candidata presidencial, el mandato de buscar la unidad de la izquierda. Además, la carta de navegación del Polo es el llamado "ideario de unidad", que le apuesta a convertir el Polo en el  único partido de la izquierda, donde quepan todos sus matices. Pero en la práctica esa unidad está muy lejos.

 
Iván Cepeda, representante a la Cámara por Bogotá, se mantiene en el Polo, pero tiene posturas disidentes en muchas decisiones, incluyendo la de rechazar el proyecto que permitiría las coaliciones. Foto: Juan Pablo Pino
 
 
El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, se está jugando con su administración parte del futuro de la izquierda. Foto: Juan Pablo Pino
 
Por una parte, porque en la izquierda existe el viejo problema del fraccionamiento: hoy existen el Polo, Progresistas, Marcha Patriótica, la disidencia del Polo que lidera Iván Cepeda y, ahora, la Unión Patriótica con personería jurídica pero sin votos. Actualmente hay coqueteos entre algunos de ellos e incluso con otros grupos como el Partido Verde, pero nada se ha concretado.

Según le dijeron a La Silla dos fuentes del Polo, el Moir -cuya cabeza es el senador Robledo - es particularmente reacio a buscar acuerdos con otros grupos. Como tiene un poder cada vez más importante en el Polo y una figura muy reconocida, su estrategia es fortalecer la ¨pureza¨ del partido y que, si llega a haber una unidad de la izquierda, se haga adhiriéndose a él.

Una segunda razón tiene que ver con la historia del Polo. Para muchos de los militantes que quedan en el partido, y especialmente los del Moir, la experiencia de la unidad de la izquierda no ha sido satisfactoria. Sienten que han salido a hacerle campaña a políticos decepcionantes y que le han hecho daño a la izquierda, como Samuel Moreno, y a otros que han abandonado el barco después de haber ganado con votos del Polo, como Lucho Garzón o Gustavo Petro. Esa historia pesa.

Otro motivo para los distanciamientos es que mientras en el Polo hay poco convencimiento en que el proceso de paz llegue a buen término, y lo ven más como una jugada reeleccionista de Juan Manuel Santos, en los otros grupos hay más entusiasmo.
La posición del Polo contra las candidaturas en coalición busca mantener su posición como único partido de izquierda en el Congreso, y también hace más difícil que el proceso de paz tenga una pista de aterrizaje en la izquierda en el Congreso.

La estrategia es marcar distancias del resto de izquierdas, criticar a Petro y mantener su agenda de apoyo a las reivindicaciones sociales pero no jugarse del todo por el proceso de paz.

Si esta estrategia les resulta y el Polo es el único partido de izquierda que pasa el umbral, una candidatura única de izquierda (en la que hasta ahora todos se han mostrado interesados) quedaría en cabeza de Clara López, porque no tendría mucha lógica tener un candidato presidencial de un grupo de izquierda que no esté en el Congreso. Este cálculo no incorpora que podría haber una tercería de la "franja amarilla", en la que estarían los Verdes, Progresistas y otros agrupados bajo la personería jurídica de los Verdes, por ejemplo.

El riesgo para el Polo es que los cálculos no les salgan y que se queden sin el pan y sin el queso.