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Este fin de semana, la Marcha Patriótica definió su hoja de ruta para este
año: movilizarse por todo el país impulsando la paz. De esta manera, quedaron a
la vista todas las cartas que se jugarán electoralmente frente al proceso de
paz, tema que seguramente definirá la campaña del 2014.
La reunión de este movimiento de izquierda que nació el año pasado comenzó
tarde porque se habían trasnochado la noche anterior celebrando el cumpleaños
de Piedad Córdoba, que había cumplido unas semanas antes. Pero luego de
discutir durante dos días en mesas de trabajo, el Comité Patriótico Nacional,
órgano de dirección de la Marcha en el que están los delegados de todos los
departamentos, acordó tres fechas claves.
El 20 de febrero será el lanzamiento de “constituyentes” regionales para
defender la mesa en la Habana. El 9 de abril, realizarán “La Toma de Bogotá”,
una gran marcha con gente de todo el país que se reunirá en la capital como lo
hicieron el año pasado cuando lanzaron el Movimiento (ya cuentan con la autorización
del Alcalde de Bogotá). Y también en abril, realizarán un seminario para
definir cómo será su participación en las urnas, cuando ya estén más claras las
reglas electorales.
Dado que este Movimiento está integrado por gente de varios partidos
(Piedad Córdoba viene del Partido Liberal y Carlos Lozano, del Polo, para citar
solo dos) no es claro todavía el vehículo electoral que utilizarán. Sin
embargo, desde ya queda claro que las “constituyentes por la paz” serán su
estrategia política con miras al 2014.
Las tres teorías
Dados los avances de las conversaciones con la guerrilla –reconocidos ayer
por los jefes negociadores del Gobierno y de las Farc quienes desmintieron que
hubiera la crisis divulgada por algunos medios- el proceso de paz será el tema
determinante de la campaña electoral.
Una campaña que ya arrancó y en la que competirán tres teorías respecto al
proceso de paz que fueron esbozadas en las últimas semanas.
Por un lado está la “teoría Enrique Santos”: el proceso de paz solo
sobrevive si hay reelección.
Es de suponer que más allá de que “Abdón sea Abdón”, esta tesis de Enrique
es compartida por su hermano, el Presidente Santos. Y que por lo tanto, será
respaldada con una estrategia gubernamental para asegurarse de que la Unidad
Nacional llegue cohesionada a las urnas.
Santos necesita una coalición legislativa tan grande como la que tiene hoy
para poder sacar adelante los proyectos de ley que traduzcan en políticas
públicas los acuerdos que logren en la Habana, ya que las Farc no van a dejar
las armas sino cuando estos se hagan realidad.
Aunque Santos ha dicho que las conversaciones de paz irán "máximo
hasta noviembre" o si no se para de la mesa, lo que más le convendría es
firmar un acuerdo después de las elecciones legislativas.
De lo contrario, le tocaría presentar al Congreso la reglamentación del
Marco para la Paz en plena época electoral y difícilmente un congresista vota a
favor de darle impunidad a los guerrilleros semanas antes de que voten por él.
La segunda es la “teoría Uribe”: el proceso de paz es una muestra más de la
traición de Santos a los tres huevitos, que utilizó para hacerse elegir sobre
los hombros de Uribe.
El expresidente ya dijo que recorrerá el país recordando las tesis sobre
las cuales invitaron a votar por Santos y su posición frente al proceso de paz
quedó clara en el comunicado que sacaron después de la reunión en Santa Marta:
“Las FARC continúan mintiendo al país y aprovechando el escenario internacional
de unas negociaciones sustentadas sobre la posibilidad de la impunidad para
fortalecerse.”
En ese mismo comunicado, el movimiento de Uribe dijo que la primera tarea
del Centro Democrático es “la conformación de comités de participación
democrática en los barrios, veredas, universidades, lugares de trabajo y redes
sociales” para discutir las tesis inspiradas en el ex presidente.
La tercera es la de la Marcha Patriótica. Sus “constituyentes por la paz”
serán los espejos invertidos de los comités uribistas.
Las constituyentes por la paz.
Las constituyentes por la paz de Marcha Patriótica buscarán movilizar a las
organizaciones populares, sindicales y campesinas alrededor de una discusión
sobre “la posibilidad de tener un país en paz, no solo en el marco de la
Habana, sino en todo el país donde hay conflicto”, según dijo a La Silla uno de
los asistentes al evento que no era vocero oficial.
Para los de la Marcha, solo hay paz si se transforma el país, si se atacan
las “causas objetivas” de la violencia, incluyendo el modelo económico que para
ellos genera hambre e inequidad. La Mesa en la Habana es un buen lugar para
empezar esa transformación pero no se agota allí.
Por eso, esperan que de esas ‘constituyentes’ salga iniciativas para la
Mesa de Negociación. La primera será que haya un cese de fuego bilateral o que
si el Gobierno se niega a hacerlo deje de amenazar con pararse de la mesa cada
vez que la guerrilla hace un acto de guerra.
Pero también anticipan que de allí salgan iniciativas concretas de
participación directa de la sociedad civil en los diálogos de paz y hasta
“propuestas constitucionales”, dijo uno de los asistentes.
Aunque en la reunión no se discutió que entre los objetivos de esta
estrategia estaría presionar por la convocatoria de una gran Asamblea
Constituyente como puerto de llegada del proceso de paz -una idea que ha
defendido también las Farc- la escogencia del nombre para sus reuniones regionales
difícilmente es una casualidad.
Ayer, en su discurso de cierre del quinto ciclo de negociaciones, Humberto
de la Calle subrayó que el Gobierno se acoge "estrictamente a la agenda
pactada (...) y no vamos a abrir la agenda de conversaciones a temas nuevos
planteados por las Farc". "No estamos aquí para hablar de lo divino y
lo humano", según cita El Espectador.
Eso puede pensar el Gobierno. Pero no los de la Marcha, quienes esperan
influir desde la sociedad para que la Mesa se abra.
Más allá de si logran injerencia en la Habana, estas constituyentes
servirán como herramienta mediática en todo caso para darle visibilidad a sus
líderes locales y regionales. Y si al final, toda la izquierda se une –como han
dicho todos sus líderes, incluida Clara López del Polo, que es su anhelo- los
de la Marcha ya irán un paso adelante.