Por: Natalia Herrera Durán Figuras políticas creen que hay que respaldar la iniciativa, como salida a una guerra que ya cumple 50 años.
Defender el proceso de paz, por encima de las encuestas de
opinión o de los avatares de negociar en medio del conflicto armado, fue
el llamado que hicieron este martes los exconstituyentes Carlos Lozano, Álvaro Leyva y Rafael Mejía, en un conversatorio que presidió Horacio Serpa, organizado por la Sociedad Económica de Amigos del País (Seap).
En
la misma línea de Navarro, Lozano, Gómez y Mejía declaró la delegación
de las Farc, aunque en un tono un poco más beligerante. “Esperamos que
el Gobierno no se le ocurra patear la mesa”, dijo Iván Márquez quien
hizo un llamado a la ciudadanía: “Llamamos al pueblo de Colombia a
movilizarse en defensa del proceso de paz, a no permitir que se nos
arrebate esa esperanza”, dijo el Estado Mayor en el texto divulgado.
La
guerrilla criticó también que los últimos pronunciamientos de Santos
sobre el proceso de paz hayan estado movidos por “veleidades
electorales” y por su interés por “repuntar en las encuestas". Esto
debido a que el sábado Santos advirtió que si no hay avances en las
conversaciones de paz el Gobierno se levantará de la mesa de
negociación.
A pesar de estos encontrones, las conversaciones en
La Habana se mantienen y en el país siguen los analistas y políticos
pensando fórmulas para refrendar los acuerdos eventuales a los que se
lleguen. Carlos Lozano insiste en que la salida debe ser una Asamblea
Constituyente y que la agenda de paz es importante pero no puede ser una
camisa de fuerza.
En esto está de acuerdo Álvaro Leyva,
quien dice que se debe evitar a toda costa que los acuerdos terminen
refrendados por un Congreso desprestigiado, además sostiene la
importancia de llegar a una tregua bilateral para no seguir negociando
en medio de la guerra. En cambio Navarro sostiene que es un peligro
pensar en una Asamblea Nacional Constituyente porque
cree que se le podrían colgar muchas cosas que podrían representar un
retroceso jurídico para el país y que en vez de un cese bilateral
debería haber un desescalonamiento de las acciones militares a medida de
que haya avances comprobados en la mesa. Leiva sostiene que un proceso
de negociación puede ser exitoso solo si hay un programa para afrontar
el posconflicto no solo dedicado a las fuerzas irregulares que se
desmovilizarían sino a las Fuerzas Militares, que en épocas anteriores
han sido tachadas de opositores a la paz.
El tema esencial para Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), sigue siendo el tema de la tierra, ya que el 41 por ciento está en conflicto.
En cuanto al expresidente Álvaro Uribe, Carlos Lozano
cree que es un claro enemigo de la paz, mientras que Leiva piensa que
no lo es y que en cambio es un enemigo del método que ha encontrado el
Gobierno para adelantar estas negociaciones. Para Lozano, miembro activo
del Partido Comunista y del movimiento Marcha Patriótica, el Gobierno tiene dos libretos, uno para La Habana y otro para el país y que así como le han pedido a las Farc encarar sus víctimas el Ejecutivo tiene que afrontar las suyas.
La
necesidad de un estatuto de oposición garante del ejercicio político
también fue un tema en el que todos coincidieron. Pero por encima de las
fórmulas que deban ingeniarse, la idea de que hay que llegar a un
acuerdo para terminar la guerra estuvo siempre en el ambiente. Así las
cosas, se pasarían a resolver sin violencia los conflictos políticos en
el pleno ejercicio democrático.