Por Daniel Coronel
Opinión. Varios beneficiarios de los programas del Ministerio de Agricultura de Arias se convirtieron
en financiadores de su campaña.
Opinión. Varios beneficiarios de los programas del Ministerio de Agricultura de Arias se convirtieron
en financiadores de su campaña.
Semana. Sábado 13 de Octubre 2012
Una campaña espesa recorre las redes sociales y las redacciones de algunos
medios. Una fuerza descomunal intenta reescribir la historia para presentar
como víctima al ex ministro Andrés Felipe Arias. El detenido –por cierto en
condiciones bastante cómodas- (Ver vínculo) es presentado como un chivo
expiatorio de la seguridad democrática y no como el hombre que repartió
subsidios entre ricos, algunos de los cuales financiaron su campaña e incluso
le vendieron a precio de ganga su exclusivo apartamento en Bogotá.
Uno de los menos necesitados era el senador conservador Alirio Villamizar.
En agosto de 2009, fue uno de los invitados al acto de renuncia al ministerio y
lanzamiento de la precandidatura de Andrés Felipe Arias. (Ver La Renuncia)
Unos meses después su casa en Bucaramanga fue allanada buscando evidencias
de corrupción en el caso de las notarías. Allí encontraron 800 millones de
pesos en efectivo, evidencias de lo que le cobraba a sus ahijados políticos y
la aprobación de un Agro Ingreso Seguro para su hijo Danny Alirio Villamizar
por 496 millones de pesos. (Ver AIS-Villamizar)
Para los que aún no lo sepan, Agro Ingreso Seguro es un subsidio no
reembolsable. En pocas palabras, un dinero que el estado le regalaba al
beneficiario. Como si les faltaran ventajas a los favorecidos, el senador
Villamizar le colgó un mico al estatuto tributario. Allí quedo establecido que
esa plata regalada a través de AIS y otros programas del ministerio de
agricultura, no tenía que pagar impuesto sobre la renta, ni ganancia ocasional.
(Ver Mico estatuto tributario)
En ese punto empezó la investigación de la desaparecida Revista Cambio, con
un artículo titulado ‘Programa Agro Ingreso Seguro ha beneficiado a hijos de
políticos y reinas de belleza’. (Ver vínculo)
Muy pronto salió a flote que muchos beneficiarios de estos dineros habían
sido financiadores de las campañas políticas del entonces presidente Álvaro
Uribe y del referendo que buscaba un tercer período para él.
Entre los aportantes de Uribe que recibieron ese dinero público regalado
están: Alberto Francisco Dávila, cabeza del grupo Daabon (Ver aporte Davila),
Silvestre Dangond Lacouture (Ver aporte Silvestre), Harold Abadía Campo (Ver
aporte Abadia)y Alfredo Lacouture Dangond, padre de la actual directora de
Proexport y cabeza de la ya archivada campaña “Colombia es Pasión”. (Ver aporte
Lacouture)
El modelo fue replicado exitosamente y varios beneficiarios de los
programas del ministerio de Agricultura de Arias se convirtieron en
financiadores de su campaña.
El poderoso y subsidiado grupo Mayaguez remitió aportes de accionistas
suyos a la campaña (Ver carta Mayaguez). Otros como Riopaila, Manuelita y
Pollos Bucanero le entregaron dinero a la ‘Fundación Colombia Cambió’ que
funcionaba paralela a la campaña y compartía directivos con ella, entre otros
el suegro del candidato. (Ver correo sobre donantes)
También beneficiarios de créditos gigantescos del Banco Agrario, que nunca
fueron pagados, fueron donantes de la causa proselitista de Arias. Entre muchos
ejemplos está el señor Jaime Restrepo de Falcon Farms empresa que recibió más
de 12 mil millones en créditos incumplidos a BanAgrario antes de declararse en
insolvencia. (Ver desembolso FalconFarms)
En documentos de la campaña se revela que 43 aportes fueron gestionados por
Asocolflores. (Ver planilla de recaudos) Una circular del capítulo Antioquia de
ese gremio ordena efectuar donaciones a Arias de grupos y empresas bajo nombres
de personas naturales. (Ver circular Asocolflores Antioquia)
Incluso Diego Llorente y su familia, vendedores del elegante apartamento de
Arias, fueron beneficiarios de Agro Ingreso Seguro y de incentivos
fitosanitarios que suman más de 800 millones de pesos.
Luego como ex ministro les compró a precio de ganga un apartamento en el
que le rebajaron 500 millones de pesos sobre el valor comercial, el 45 por
ciento del costo de la propiedad. (Ver vínculo)
Ese es el hombre que ahora nos quieren presentar como desvalida víctima de
una persecución política.