Escrito por El Espectador.
El
jueves, en la instalación de los diálogos en Oslo, el jefe negociador de las
Farc, ‘Iván Márquez’, retiró de la mesa central el cartel que tenía su nombre e
improvisó uno con el de ‘Simón Trinidad’, hoy preso en Estados Unidos.
Desde
un comienzo, cuando el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Farc
destaparon ante el país y el mundo sus acercamientos tendientes a formalizar un
proceso de negociación encaminado a ponerle fin al conflicto armado interno,
quedó claro que la participación de Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad
—preso actualmente en Estados Unidos donde paga una condena de 60 años—, era
fundamental para la guerrilla.
Así lo
ratificó el mismo Iván Márquez el jueves pasado en Oslo, cuando como vocero del
equipo negociador del grupo guerrillero en la instalación formal de los
diálogos dijo: “Nosotros pensamos que es importante su presencia en este
escenario donde las Farc se la van a jugar toda por la paz de Colombia”.
Y
aunque en un principio hasta el mismo Santos había dicho que “el proceso tiene
que ser realista”, refiriéndose a la casi imposible presencia de Trinidad en la
mesa de negociación de La Habana, hoy se sabe que los contactos con el gobierno
de Estados Unidos para que eso se dé están muy avanzados, que el tema va más
allá de su intervención de manera virtual o por teleconferencia —como lo
plantearon el fiscal general, Eduardo Montealegre, y el Consejo Superior de la
Judicatura— y que el paso que se podría dar sería el de la repatriación del
jefe guerrillero.
Su
regreso se daría en la segunda quincena de noviembre y la idea, conoció El
Espectador, es que si las negociaciones de paz con las Farc avanzan
positivamente y se logran acuerdos concretos para su desmovilización, Simón
Trinidad se convierta en el primer reinsertado del proceso para hacer política
y asuma los compromisos de no volver a delinquir y, seguramente, de colaborar
en cuanto a la verdad, la justicia y la reparación.
Y algo
más: Nayibe Rojas Cabrera, alias Sonia, jefe de finanzas del bloque Sur y quien
también está detenida en Estados Unidos, también sería repatriada. Lo que se
dice es que algunas organizaciones no gubernamentales estarían asesorando a los
abogados de Trinidad y gestionando todo lo concerniente a su regreso para que
se vincule a la mesa de diálogos en Cuba.
Eso
sí, el gobierno de Barack Obama tiene claro que no va a pronunciarse hasta
tanto se resuelva el asunto de las elecciones presidenciales en su país,
programadas para el 6 de noviembre. Sin embargo, una reciente declaración de la
secretaria de Estado adjunta para América Latina, Roberta Jacobson, da algunas
luces al respecto: “Tendría que ser un tema de discusión con el Gobierno de
Colombia en la media que esto avance”, le dijo al diario El Tiempo, sin negar
ni confirmar si Washington permitirá la repatriación de Trinidad.
En
Colombia, si bien el Gobierno ha avanzado y ha hecho las gestiones
correspondientes, voceros cercanos a la Casa de Nariño le dijeron también a
este diario que no es un tema fácil y que hasta ahora se trata sólo de una
posibilidad. De allí la respuesta que diera Humberto de la Calle en la rueda de
prensa posterior a la instalación del proceso de paz en Oslo, cuando le
preguntaron por el caso Simón Trinidad: “No está en discusión, es un hecho que
no corresponde ni pertenece al Gobierno colombiano (...) esa posibilidad no
está siendo contemplada”.