Escrito por Roberto Romero Ospina, Centro de Memoria, Paz y Reconciliación
Comenzó en Oslo la fase dos
Comenzó en Oslo la fase dos del
proceso de negociaciones entre las FARC y el gobierno con el más grande
auditorio en la historia de la búsqueda de la paz en Colombia. Decenas de
medios televisivos encadenados desde las ocho de la mañana, mantuvieron en vilo
a millones de espectadores mientras todas las emisoras del país transmitían en
directo.
Y la prensa mundial dispuso de
sus primeras planas para el acontecimiento.
Un escenario que se preveía no
así las reacciones destempladas de varios canales que comenzaron su tarea de
zaherir a una de las partes por expresar sus puntos de vista en forma abierta y
sin tapujos.
Pero vayamos por partes. Todo
empezó por la impaciente respuesta del jefe de la delegación del Estado,
Humberto de La Calle Lombana, quien aprovechó la primera pregunta de un
periodista en la rueda de medios para lanzarse abiertamente contra los
planteamientos del vocero de las FARC, Iván Márquez
30 MILLONES DE
HECTÁREAS A LAS TRANSNACIONALES MINERAS
Éste había ahondado en su exposición, inmediatamente después de la
presentación del ex vicepresidente, sobre el tema agrario, primer punto de la
agenda por cierto. El vocero de la guerrilla señaló que era necesario examinar
dos de las llamadas locomotoras de la administración Santos: el desarrollo
rural y la gran minería.
La primera trae aparejada la enorme desigualdad en la posesión de la tierra
con solo dos millones de hectáreas para la agricultura en un país que importa
10 millones de toneladas en alimentos y ha producido cuatro millones de
desplazados.
Y la gran minería, que según Márquez, conlleva el latifundismo de las
multinacionales mineras que reciben más de 30 millones de hectáreas de las 114
millones que posee el país para una explotación que no se compadece con el
medio ambiente.
De la Calle señaló entonces, que “ni el
modelo económico, ni la doctrina militar ni la inversión extranjera
están en discusión. La mesa se limitará sólo a los temas que están en
la agenda. Las ideas que quieran ventilar las FARC les corresponden y
una vez acabe el conflicto tendrán que hacerlo sin armas”.
Semejante respuesta no solicitada por el representante de la
insurgencia, puso todo en tensión. En primer lugar, porque la agenda si
establece que abiertamente se toque el modelo económico y no solo este
sino el modelo político imperante.
De no ser así, tendríamos la extraña puesta en escena de que
dos partes que se han enfrentado a muerte por casi medio siglo, se
sientan en la mesa de negociaciones, tras casi dos años de fase
exploratoria y un acuerdo firmado, para hablar solo de generalidades
sin ir al fondo de las cosas como la estructura rural, con su modelo
perverso y causa primera del conflicto que se quiere superar.
EL TERCER PAÍS
MÁS DESIGUAL DEL PLANETA
Y aquí señalamos varias
contradicciones en las que cayó De La Calle. “El gobierno ha reconocido la
inequidad y la desigualdad, pero no se limita al diagnóstico”, subrayó desde
Oslo; es decir, acepta que el modelo arrastra consigo graves consecuencias para
la población. ¿Entonces cómo afirmar de entrada en su primera intervención ante
los medios que “el modelo no se puede tocar”?
Seguramente por que el gobierno está casado con vana la ilusión de que estamos
hoy sí frente a un país muy distinto al de hace un década cuando fracasaron los
diálogos de El Caguán, olvidando que somos el tercer país más desigual del
planeta solo superado por Haití y El Congo.
Lo dijo sin ambages De La Calle:
“Hay una transformación de la realidad social de Colombia, y las FARC tienen la
oportunidad de unirse a ella. Por eso el Gobierno ha puesto en marcha una
agenda audaz para introducir cambios profundos en la sociedad” y citó, a manera
de ejemplos, iniciativas como la restitución de tierras y la reparación
integral a las víctimas, ya puestas en cuestión por amplios sectores de la
población.
Y a renglón seguido, después del
regaño público a la guerrilla por atreverse a manifestar sus puntos de vista, no
tuvo empacho en decir que “No se trata de que las FARC depongan sus ideas, sino
de que las puedan expresar sin el apoyo de las armas”, y después de haber
reconoció que han cumplido a cabalidad con los acuerdos que se trazaron en la
fase exploratoria.
¿Y EL MODELO
AGRARIO, OBSOLETO Y CONSERVADOR?
Examinemos brevemente los cinco
puntos del acuerdo marco firmado en La Habana que abrió el camino de las
negociaciones: cuestión agraria, participación política, narcotráfico, situación
de las víctimas, y fin del conflicto.
Es innegable que si se quiere
abordar los tres primeros puntos ello pasa irremediablemente por una disección
profunda de los modelos correspondientes. ¿Acaso no existe un modelo agrario,
obsoleto y conservador? ¿O uno en materia de participación política, marcado
por la exclusión y una democracia restringida? ¿Y qué decir en el espinoso
asunto de las drogas sometido a un patrón pernicioso que tiene atada la
economía a los vaivenes del narcotráfico?
Por eso insistimos cuan
equivocado está el vocero oficial al insistir que las conversaciones deben
estar alejadas del análisis a fondo de los modelos que han dado vida al
descuadernamiento del país. En este sentido tienen gran valor las palabras
finales de mensaje de vocero de Santos cuando afirmó que “hay mucho por hacer y
queremos invitar a las FARC a hacerlo sin necesidad de rendirse y plagarse a
nuestros términos”.
COMENZARON LOS
ATAQUES DE LOS MEDIOS DEL PODER FÁCTICO
Sin embargo, hoy estamos abocados
a la gran campaña mediática que expresa como lo central de esta jornada
histórica en Oslo, “el discurso radical”, “lo viejo y obsoleto de siempre”, “su
no disposición a los cambios”, “la agresividad de las FARC”. El Tiempo, minutos
después de instalada la mesa de diálogo, tituló en su portal web, “La guerrilla
debe poner la cara a las victimas”.
Imaginémonos que habría pasado si
no se hubieran establecido las actuales cortapisas a los medios frente al
proceso de paz y que De La Calle puso en cintura al decir de que “no vamos a
negociar nada por estos micrófonos” ante la impertinencia de varios reporteros.
CAMPAÑA DE LOS
GRANDES MEDIOS QUE ASALTARON EL ESPACIO PÚBLICO DE TODOS AL SUSPENDER LA
TRANSMISIÓN DE LA RUEDA DE PRENSA DE LAS FARC. CARACOL Y RCN SOLO DIVULGARON LA
INSTALACIÓN DE LA MESA Y LA COMPARECENCIA DE HUMBERTO DE LA CALLE ANTE LOS
MEDIOS. LA OTRA PARTE NO LES MERECIÓ RESPETO Y DIERON PASO A LA PROGRAMACIÓN
HABITUAL.
Canal Capital, en cambio, no solo
divulgó en vivo toda la apertura de la negociación, incluidas las dos ruedas de
prensa, sino que un equipo de analistas, entre quienes se encontraba Camilo
González Posso, director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, presentó
sus puntos de vista, sopesados y respetuosos.
Y como dijo Gonzáles Posso, “al
proceso que hoy entra en su decisiva fase dos, hay que meterle ciudadanía, que
exprese su apoyo al proceso con iniciativas como las que se están presentando
en Bogotá, y no lo observemos de lejos pues en fin de cuentas se trata de la
paz de todos los colombianos”.