sábado, 2 de marzo de 2013

TERRORISMO DE ESTADO EN EL TOLIMA CONTRA CAMPESINOS QUE PARTICIPAN EN EL PARO CAFETERO. 01 Marzo 2013.

 Por: Nelson Lombana Silva.- PaCoCol 


No ha pasado un solo día desde que comenzó el paro nacional cafetero que no haya sido brutalmente agredido los campesinos en el departamento del Tolima. En los cuatro puntos de ubicación: Boquerón, Armero – Guayabal, El Fresno y Dolores, el Esmad viene lanzando sobre ellos gases lacrimógenos y bombas de aturdimiento sin contemplación alguna e indiscriminadamente, arrojando un saldo trágico de heridos, muchos de ellos sin la posibilidad de ser llevados a un centro asistencial porque la misma fuerza pública, (Policía, principalmente) no lo permite. 
No hay enfrentamiento como lo pretende hacer ver los medios masivos de comunicación de la burguesía, hay una desalmada agresión a una protesta pacífica. Todo parece indicar que miembros de la inteligencia militar se han infiltrado para crear ciertos hechos y así justificar la arremetida extrema de que viene siendo víctima mujeres, niños, jóvenes y adultos mayores que heroicamente resisten y las personas que viven en el área del barrio Boquerón de la ciudad de Ibagué, Tolima.


Ayer, desde horas de la mañana y durante todo el día los campesinos fueron víctimas de la represión. Desde el helicóptero de la policía estuvieron lanzando gases lacrimógenos y bombas de aturdimiento sin contemplación alguna. Bien entrada la noche las hostilidades continuaban y mientras el coronel de la policía de apellido Murillo, llevaba mensaje tranquilizante a los campesinos, se arremetía por el otro lado violentamente. Algún campesino indignado, dijo: “Ese comandante de policía es más falso que una moneda de cuero”.
El cuadro es escalofriante. El Esmad no solodestruyó los pequeños e improvisados cambuches, sino también los alimentos impregnándolos al parecer de una sustancia química que hace imposible su consumo, relatan los campesinos ubicados en el barrio Boquerón. Las ollas fueron deterioradas y otras hurtadas. Es más: La policía ha hecho un cerco que impide que campesinos traigan sus productos, no quieren dejar entrar ninguna clase de alimentos a los agricultores que hacen parte de la protesta campesina.


El caos es total. La indignación de los campesinos es extrema y una vez más lanzan un llamado dramático al gobierno nacional y departamental para que paren esas hordas asesinas del Esmad y respeten la protesta consagrada en la constitución nacional. De igual manera, llaman a la comunidad internacional a no ser indiferente y presionen al presidente Santos a buscar una salida consecuente con los intereses de los agricultores colombianos. No es justo que el pequeño y mediano caficultor esté produciendo a pérdida, como tampoco es justo que el campesino reclame y la respuesta sea la cruda represión.


Testimonios


Gilberto Salinas Novoa, miembro del sindicato de trabajadores agrícolas del Tolima, SINTRAGRITOL, y de Derechos Humanos de FENSUAGRO: “Antier, por la tarde nos hicieron tres ataques con gases y bombas de aturdimiento. La última, como a las siete de la noche nos invadió a mansalva el Esmad. Yo estaba entregando un plástico a los compañeros, pues ya nos lo habían quemado y botado la comida, habían acabado con las ollas”.


“Estábamos organizando nuevamente el cambuche, cuando me llegó uno moreno y bajito del Esmad, estilo indio y me pegó un balazo de goma en la pierna, yo voltié a mirar, porque estaba agachado y le dije: ¿Qué pasó agente? Me dijo: “¿Que qué pasó? Escandaloso hijueputa, marico, hijueputa” y me pegó otro bombazo en la pata y me levantó y caí como un “pollo” y el otro me fue a disparar, pero un compañero campesino del municipio de San Antonio, me echó mano y me arrastró y si no me asesinan”.


“Quemaron los cambuches y le echaron veneno a la comida, un químico le echaron a la comida, tenemos las bolsas de dónde sacaron ese químico para echarle a la comida. Además, hay más personas heridas y contusas, tuve el informe de ocho en ese momento. Estoy lesionado un pie y no me he podido movilizar para averiguar por la suerte de los otros campesinos”.


“Soy defensor de Derechos Humanos, tengo carné como defensor de Derechos Humanos de la Federación Nacional, FENSUAGRO y soy el presidente del sindicato de trabajadores agrícolas del Tolima”.


Reinerio Mora Alape, municipio de Rovira: “Yo, antier, tarde estaba en el restaurante cuando se presentó el disturbio. Yo salí corriendo y me hice atrás del restaurante, porque como estaba la humarada tan tremenda ahí, estábamos que nos ahogábamos entonces inmediatamente yo llegué y me arropé la cabeza con una chaqueta. Estaba ahí cuando llegó un antimotines y zampó un golpe en la cabeza y me estalló una bomba en los pies que quedé toda la noche zurumbático, pero totalmente aturdido”.


“Yo creo que esto es injusto lo que las fuerzas del orden están haciendo con nosotros; no son fuerzas del orden sino del desorden. No es justo que nosotros como campesinos vengamos a luchar por una cosa justa y la gente del gobierno nos ataque de la forma más vil y cobarde. Pero le digo una cosa a todos los compañeros cafeteros: Nosotros no solamente tenemos el respaldo de todos los campesinos, sino de dios. Soy creyente y la palabra dice: dios dice que está con los humildes y está en contra de los altivos y, ¿qué está haciendo esta gente con nosotros? Dándonos en la cabeza, porque estamos defendiendo nuestros derechos y ellos están haciendo lo contrario con nosotros”.


“Hay un compañero de la vereda El Palo, municipio de Rovira, donde yo vivo, que estaba ahí quieto y llegó un señor de los antimotines y le dio un golpe en la cabeza. Cosa injusta. Estando quieto le dio un golpe en la nuca. Yo no lo vi, pero cuenta la gente que estaban ahí que se le paró encima, se le paró un grandulón de estos y estando ya herido y caído en el suelo, se le paró encima el más grande, el más gordo. Esto es una cosa injusta. Por allá está en el hospital, todavía no le han dado salida. Pedimos justicia, no podemos aguantar más esto”.


“Nosotros sabemos directamente de que todos ellos están en contra de los campesinos y nosotros estamos defendiendo nuestros derechos, más ellos están defendiendo el derecho de aquellas personas que tienen el dinero, que tienen la plata. Ellos están, digámoslo así, defendiendo la oligarquía, los que nos están robando lo que nosotros necesitamos”.