'Marcos León
Calarcá', delegado de la guerrilla, pide no hacerles el juego a quienes
tirotean la paz.
'Marcos León
Calarcá', uno de los delegados de las Farc para los diálogos de paz y miembro
del estado mayor de esa guerrilla, no quiso reunirse para esta entrevista ni en
una cafetería, ni en un hotel, ni mucho menos en su muy secreto lugar de
residencia en Cuba. Por eso llegó, en una gran camioneta, hasta la casa de la
corresponsal de este diario en La Habana, donde, con su visión del proceso,
ratificó la voluntad de paz de su organización.
¿Desde cuándo están aquí?
Llegamos alrededor del 20 de febrero. Como dice el acuerdo, el encuentro
exploratorio empezó el 23 de febrero y terminó el 26 de agosto. Fueron muchas
reuniones.
Se dice que Cuba ayuda a traerlos, pero ¿cómo vinieron?
Lo que te puedo decir es que contamos con la ayuda de los garantes, Cuba y
Noruega, y una facilitación muy grande del gobierno de Venezuela. De diferentes
lugares del país y por diferentes medios nos concentramos en Caracas, y de allí
viajamos a La Habana.
¿El gobierno de Colombia les ayudó?
Sí, claro. El Gobierno conocía y facilitaba; si no, no hubiera sido
posible.
¿Hubo algún hecho especial que influyera en las Farc para intentar
concretar este tercer intento de lograr la paz?
Tercero, si se resume en uno: Caracas y Tlaxcala. Nosotros siempre hemos
tenido la bandera de la paz, siempre ha sido una propuesta nuestra evitar la
guerra. ¿Por qué los anteriores intentos no han llegado a buen fin? No es
responsabilidad nuestra. Y como hemos dicho siempre, la paz se logra
resolviendo las causas de la guerra.
¿Tienen que ver los duros golpes militares que han sufrido, como las
muertes de 'Raúl Reyes', el 'Mono Jojoy' y 'Alfonso Cano', para citar solo tres
ejemplos, en esto de buscar una salida política?
No, por dos cosas. Primero, nosotros no vamos a negar los golpes, ni vamos
a negar la dureza que hemos sentido, pero esto empezó a andar con 'Alfonso
(Cano)' vivo y él era uno de los más interesados. Fue un golpe muy duro su
muerte, pero seguimos siendo consecuentes con nuestro pensamiento: la bandera
de la paz es nuestra, hay que construir la paz y vamos a seguir adelante. Y
segundo: también ellos han recibido golpes y, a pesar de toda la parafernalia
bélica del Plan Patriota, el más grande y ambicioso proyecto de los gringos en
el continente, el hecho es que no lograron exterminar a las Farc. Y la mejor
prueba de ello es este proceso, porque si las Farc fueran una guerrilla
derrotada, no habría proceso, sino una simple claudicación.
Grupos como el M-19 y el Ira dejaron las armas y se convirtieron en
movimientos políticos, y Fidel Castro dijo que la etapa de la lucha armada ya
había pasado. ¿Las Farc de hoy piensan que la lucha armada está caduca?
No, nosotros pensamos que en Colombia está y estará vigente mientras la
clase dominante colombiana siga siendo una clase violenta y represiva, mientras
no abra espacios para la democracia, mientras no haya espacios para la
protesta, y toda señal de inconformidad sea reprimida violentamente, o siga
habiendo campesinos asesinados por reclamar sus tierras. Es este carácter
violento, represivo, el que no permite que solucionemos los problemas de otra
manera.
Muchas personas entienden este proceso de paz como el deseo de las Farc de
reconvertirse en un grupo político y no armado. ¿Es así?
Nosotros somos una organización político-militar y tenemos un trabajo
político permanentemente. Y volvemos a lo mismo: de lo que se trata es de
resolver las causas que nos tienen en guerra. Incluso, en un país capitalista
-donde hay explotación-, pero hay una democracia participativa, espacios para
la lucha política y las votaciones que reflejan la voluntad de la gente y esta
se cumple, pues no hay espacio para la lucha armada. Eso debe ser Colombia.
Pero si el sistema electoral es corrupto, existe la represión, la violencia,
entonces, no se puede.
¿Cuánto tiempo se demorará este proceso de paz?
Nosotros decimos que es muy, muy difícil colocar plazos. El Gobierno habla
de realismo, pero hay que definir qué es realismo. Nosotros llevamos en este
primer encuentro exploratorio seis meses y unos días, ¿cierto? La otra etapa,
la discusión de los diferentes puntos para llegar a acuerdos y donde estamos
llamando, no como Farc sino como mesa de diálogo, a la sociedad a que acompañe,
a que se involucre, necesariamente se va a demorar más de seis meses. Entonces
es muy complicado decir no, tal día, tal otro.
Santos ha dicho que la mesa tenía que ser 'digna, realista y eficaz'.
Ustedes plantean que 'Simón Trinidad' debe estar en esa mesa. ¿Tendría que
estar físicamente o se conformarían con una videoconferencia?
La propuesta de 'Simón Trinidad' hay que discutirla en la mesa, no
públicamente. Para eso está la mesa y vamos a resolverlo ahí. Lo que pasa es
que ahora todo lo que no le gusta al Gobierno lo quieren poner como un problema
de nosotros, y eso no es así. Tenemos voluntad de avanzar en el proceso de paz
y eso tiene que quedar claro. Y ellos no pueden poner en duda eso, porque, al
hacerlo, lo que se hace es darles juego y espacio a los sectores de
ultraderecha que están tiroteando la paz.
¿Podría el tema del cese del fuego romper el diálogo?
"Tenemos concepciones diferentes y estamos tratando de ponernos de
acuerdo en la mesa. Nuestro razonamiento es que tarde o temprano habrá que
hacer ceses del fuego y tregua, y mientras más temprano abordemos este punto,
menos muertos y menos heridos habrá. Pero no es que nos vamos a empecinar en
que si no llegamos al cese del fuego o a la tregua ahora, entonces no seguimos
adelante, no es eso."
'Nosotros no los tenemos'
Ustedes dicen no tener a ningún secuestrado, pero en Colombia han salido
muchas voces a clamar por sus familiares...
Nosotros entregamos todos los prisioneros de guerra que teníamos e hicimos
la consulta sobre los retenidos por razones económicas a la luz del compromiso
público de febrero. Había bien poquitos y a partir de febrero lo hemos
cumplido. No tenemos con nosotros retenidos y tampoco tenemos cadáveres; al
contrario, siempre hemos tratado de entregarlos públicamente.
Pero cientos de personas dicen estar seguras de que ustedes los tienen...
La cantidad de gente que secuestra en Colombia es alta, desde bandas
delictivas hasta los mismos organismos de seguridad, y entonces lo más sencillo
es decir: son las Farc, entre otras cosas porque la gente tiende a pagar más
cuando les dicen que son las Farc. Pero la gente seria, la gente que nos
conoce, sabe que nosotros no decimos mentiras, que cuando nos comprometemos, lo
cumplimos y cuando no podemos cumplir, lo decimos. Ahí hay mucho trabajo
político para enlodar el nombre de las Farc.
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO
Para EL TIEMPO
La Habana.