Por Santiago
O’Donnell
Un ex mayor de la Policía Nacional colombiana acusó ante un grupo de
juristas al hermano de Alvaro Uribe de montar una estructura paramilitar
responsable de varias ejecuciones ilegales en la provincia de Antioquia.
También dijo que el presidente apoyó al grupo.
Un oficial retirado de la Policía Nacional colombiana acusó a Santiago
Uribe Vélez, hermano del presidente colombiano, de haber creado y mantenido en
los ’90 una estructura paramilitar que cometió varios crímenes en connivencia
con fuerzas policiales en la provincia de Antioquia. También dijo que el
presidente habría apoyado las actividades ilegales de su hermano.
La denuncia del mayor retirado Juan Carlos Meneses Quintero se hizo en
Buenos Aires hace tres semanas ante un grupo de representantes de
organizaciones internacionales que monitorean violaciones de derechos humanos
en Colombia. Página/12 presenció el testimonio, que se mantuvo embargado hasta
hoy por razones de seguridad a pedido del abogado de Meneses, Daniel Prado.
Escucharon la denuncia el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel,
director del Servicio Paz y Justicia; Carlos Zamorano por la Liga Argentina por
los Derechos del Hombre, el juez de la Cámara de Federal de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Eduardo Freiler, el presidente consultivo de la
Asociación Americana de Juristas, Beinusz Smuckler, y el representante de la Asociación
Americana de Juristas, Ernesto Moreau.
Meneses empezó su relato contando cómo conoció al hermano de presidente
colombiano y cómo tomó contacto con la estructura para militar cuya creación y
mantenimiento le adjudica a Santiago Uribe Vélez.
“En 1993, estando yo con el grado de teniente, me nombran comandante del
Distrito Policial 7 de Antioquia con asiento en Yarumal. ¿Cómo llego yo a
Yarumal? Yo siempre he sido una persona comprometida con la institución, muy de
combatir a la guerrilla. En esa época Yarumal era muy peligroso, estaba
asedidada por la guerrilla. A los coroneles les daba miedo. entonces los
comandantes me mandan a mí. Yo recibo el mando del entonces capitán, hoy
coronel retirado Benavídez. El me recibe y me dice ‘vea, Meneses, aquí hay una
situación muy especial, acá hay un grupo de personas que hace limpieza, o sea
limpieza social, o sea desaparecer a las personas que se identifican como
guerrilleros, como ladrones, como secuestradores, extorsionadores, o sólo
expendedores de vicio, o viciosos. Vea, usted lo único que tiene que hacer es
cuando ese grupo vaya a hacer un trabajo usted tiene que colaborarles’.
“Le pregunto ‘cómo es esto, capitán’, y me contesta: ‘vea, el grupo tiene
un jefe que se llama Santiago Uribe Vélez, que es el hermano del (entonces)
senador Alvaro Uribe. El es un ganadero de la región que tiene la hacienda
cerca de Yarumal, la hacienda La Carolina. El es el jefe de este grupo
paramilitar.’ El capitán, pues, me cuenta la historia: ‘Yo les he colaborado,
lo que hago es que cada vez que ese grupo va a cometer un asesinato lo que
tiene que hacer es que la policía no reaccione, que usted los tenga guardados,
ocupados, para que no vayan a capturar a los que cometen estos asesinatos, y
ésta es la forma de colaborarle a Santiago’. Entonces él me relaciona con
Santiago Uribe Vélez. El me presenta (y Santiago me dice): ‘mucho gusto,
teniente, bienvenido a Yarumal, yo tengo este grupo que va a colaborar
muchísimo con usted, además de que yo necesito que usted colabore con ellos,
ellos le van a dar mucha información y liberar la zona cuando usted lo
necesite’.
“En esa época la Policía Nacional siempre era calificada por la que menos
delitos tenga, dejando de lado los homicidios, entonces lo que le interesaba a
la policía era mantener los índices delincuenciales bien bajos. Me presento
ante Santiago y me dice ‘yo a usted mensualmente le voy a dar una platica por
usted colaborarme.’ El capitán Benavídez me decía ‘tranquilo, no hay problema,
esto está coordinado con los altos mandos, no va a pasar nada’. Santiago me
dice ‘vea, reciba esta plata o no la reciba, nosotros tenemos el apoyo de los
comandantes de la policía a nivel departamental y amigos a nivel nacional,
nosotros vamos a seguir actuando’, y yo dije ‘bueno pues, pa’ delante’. Ese fue
el compromiso con Santiago.
”Así empezamos en enero de 1993, estuve febrero, marzo, a principios de
abril me sacaron porque el escándalo fue a nivel nacional con medios de
comunicación, se destapa el mal llamado grupo de los Doce Apóstoles. En el
tiempo que yo estuve nunca se llamó Doce Apóstoles. Son los medio los que
empezaron a usar ese nombre porque supuestamente había un sacerdote metido en
ese grupo, que era el padre Palacios. A mí me sacan porque la cosa se calentó,
‘listo, mi coronel, yo sólo cumplo órdenes’, y me terminan mandando a un
distrito todavía más difícil que es Segovia. Es que a mí me tenían como una
persona eficaz para combatir la guerrilla. La cosa es que en esos tres meses se
suscitaron unos incidentes en los que son asesinadas personas y yo le presto a
Santiago la colaboración para que el grupo del cual él era el jefe pudiera
cometer sus asesinatos.”
Meneses continuó con una descripción de los miembros del grupo y nombra
como cofinancista del grupo junto a Santiago Uribe al hacendado Alvaro Vázquez.
y dice que Santiago Uribe le designa un enlace con el grupo para las
operaciones urbana y otro para la rurales. Nombra al personal policial a su
cargo y dice que le ordena que colabore con el grupo.
”Este muchacho Rodrigo (uno de los enlaces) se alquiló una pieza al lado
del departamento de policía que tenía conexión con la habitación donde yo
dormía en el comando. El ahí tenía unos uniformes de la policía y el ejército,
capuchas, botas, tanto es así que después la fiscalía hace un allanamiento de
esa habitación y encuentra esos elementos.
”En la tercera reunión con Santiago me lleva a conocer la finca porque dice
que le he colaborado mucho. Cuando vamos a la parte de atrás ellos tienen una
plaza de toros pequeña porque ellos crían toros. Detrás de la plaza ellos
tienen una pista de entrenamiento para paramilitares. Una pista con todos los
obstáculos para un entrenamiento militar. La escalera, la telaraña, todos. El
me dice ‘mira, aquí es donde entreno a mis muchachos’. En la finca él mantenía
gente armada con escopetas, con fusiles, él incluso tenía una subametralladora.
Esa vez Santiago también me muestra una lista, porque él tenía una lista de las
personas que iban asesinando. En esa época Alvaro Uribe era senador y estaba
aspirando a la gobernación. El me decía ‘tranquilo que cuando Alvaro sea
gobernador nos va a ir mucho mejor”’.
A continuación, Meneses pasó a detallar cinco crímenes cometidos por el
grupo paramilitar al amparo de su mandato policial.
“Hay un caso donde se obtiene información de que van a atracar un peaje. Yo
les digo ‘vayan a hacer el operativo, no hay problema. Entonces ellos se
esconden y efectivamente llegan a atracar el peaje. Fue gente de la Sigin
(inteligencia policial) y fue el grupo de Santiago. Ellos dan de baja a dos
delincuentes en el peaje. Eso se ve como positivo y las cosas empiezan a
marchar.
”Hay otro caso en que Santiago me pide el favor: ‘hay una situación
especial y es que ya tenemos ubicado a un colaborador de la guerrilla, entonces
le voy a mandar a los muchachos, vamos a cometer el asesinato contra esta
persona que colabora con la guerrilla. Esta es una persona conocida, es
guerrillero, se llama Rodrigo Barrientos. Es conductor de un carro que utilizan
como bus. Ya lo tenemos identificado que es la persona que suministra los
víveres a la guerrilla. Tenemos que acabar con la guerrilla y él es cabeza
visible de la guerrilla.’ (Yo contesto) ‘bueno, listo hágale, no hay problema’.
Cometen el asesinato.
“Hay otro caso de una extorsión que le están haciendo a un comerciante de
Yarumal, Santiago me llama y dice, ‘Meneses vamos a armar un operativo contra
una persona. El empresario tenía un restaurante que se llama Las Rocas. Yo fui
y le tomé declaración al empresario y armé el operativo, fue la gente del grupo
y de la policía. Cuando fueron a recibir el dinero, ellos dan de baja a un
extorsionador. Y otra persona se les vuela del lugar. Yo rendí un informe dando
un resultado positivo. Había sido la policía, pero en coordinación con el grupo
de los mal llamados Doce Apóstoles.
“¿Qué pasa? Este extorsionador que se escapa el grupo lo ubica en una finca
que se llama La Sirena, entonces mi escolta me dice ‘vea teniente a esta
persona ya la tenemos ubicada’. Entonces yo le contesto ‘pues bien entonces
hágale’. Pues la idea era ésa: si estaba ubicado pues... entonces arman el
operativo y asesinan a dos personas de apellido Quintero Olarte, padre e hijo.
El hijo es el que había hecho la extorsión. Y ahí me involucran en el proceso.
Porque el agente Amaya, siendo mi escolta, yo nunca lo autoricé que llevara los
fusiles, él se llevó el fusil suyo y el fusil mío. Ellos van y les causan la
muerte a estos dos Quintero Olarte y para colmo hieren a dos niños menores de
edad. Yo al otro día voy a levantamiento con la inspectora de policía. Yo mismo
recojo las vainas, las embalo y las entrego a las autoridades. Después me
entero que Amaya se llevó los fusiles a cometer el asesinato. Por ese caso yo
estuve detenido en dos oportunidades, una vez seis meses y otra vez tres meses,
por el mismo hecho de las vainas, eso está en el expediente. Después me libro,
logré mi salida con mi abogado, porque yo sabía que era un proceso político
para que involucre a Santiago, pero yo decía que Santiago no tenía nada que ver.
El me decía ‘tranquilo que ese proceso va a salir adelante, que el hermano ya
está encima del proceso y que el proceso va a ser cerrado, como efectivamente
ocurrió.
“El último caso fue una toma guerrillera que hubo en el municipio de
Yarumal, que la guerrilla llegó a atacar al pueblo con fusil, ese caserío
quedaba a cuarenta y cinco minutos del cuartel. Yo ahí busco a Santiago y le
pido ayuda y él dice que ese día sólo tiene tres personas. Vaya con estos
muchachos míos que ellos conocen un camino para llegarles allá. Ese día fuimos
unos quince policías con los tres del grupo de Santiago. Burlamos el retén de
la guerrilla y llegamos al pueblo y la guerrilla todavía le está disparando al
comando de policía. Entonces armamos unas minas para esperar a la guerrilla,
pero salieron por otro camino y me dejaron esperando. Después entro al pueblo y
me entero de que a la policía le había ido muy bien, porque hubo tres bajas de
la guerrilla contra sólo una de la policía.”
Para finalizar, Meneses ensayó una explicación de cómo terminó en
Venezuela.
”El proceso a los Doce Apóstoles no llega a la verdad porque en Yarual
había un grupo de comerciantes honestos que armaron un grupo de personas
colaboradoras de la policía para papelería, gasolina, elementos de aseo. La
fiscalía fue contra ellos, pero mentiras, esos comerciantes no eran, eran los
ganaderos que estaban con Santiago. Pero la fiscalía nunca destapó a Santiago y
fueron presos más de un año estos comerciantes sanos y el proceso sigue,
siempre contra los comerciantes de Yarumal.
”Cuando el proceso arranca vamos con mi coronel a la oficina de Santiago.
Ya no estábamos en Yarumal. El tenía una oficina en Medellín. Santiago nos dice
‘vean, ustedes no se preocupen, con mi hermano hablamos con las personas que
teníamos que hablar para que este proceso no termine en nada y ustedes salgan
absueltos. Váyanse tranquilos. Eso sí: no me mencionen’. A los años, en el
2002, 2003, yo ya soy mayor de la policía y me llega un traslado para un sitio
malo. Ubico a Santiago, lo llamo y le digo que no me manden. El dice ‘el
compromiso era archivar la causa y ya cumplimos. No vuelvan a llamar’. Esa fue
la última comunicación con Santiago. El año pasado empezaron las amenazas,
Santiago sabe que soy una persona que sé mucho de él, a la mayoría del grupo de
los Doce Apóstoles los asesinaron. Entonces tomé las decisión de escaparme.”