martes, 3 de septiembre de 2013

PROCESO DE PAZ Y PARO AGRARIO Y POPULAR.

Por Allende La Paz.
Cambio Total 01 Septiembre 2013.
 

Hemos planteado desde hace ya algún tiempo que todos los problemas de los colombianos pasan por la Paz, es decir, por la Mesa de La Habana deberían pasar todas las soluciones de esos problemas toda vez que la raíz de ellos se hunde en las políticas erradas de los gobiernos oligárquicos-imperiales. Miremos.

Todos los puntos acordados en La Habana buscan solucionar las causas del conflicto interno colombiano. El primer punto sobre la tenencia de la Tierra demuestra que esa tenencia terrateniente, acumulada a punta de impunes asesinatos, desplazamientos y despojo de las propiedades de los desplazados, ha producido 5,5 millones de desplazados que han ido a engrosar la pobreza, la miseria y la indigencia, . Ahí arrancan los problemas.

A ello se suman las políticas impuestas como el ALCA y los TLC, los cuales « prohiben » a los campesinos tener sus propias semillas, despreciando el saber campesino que cuidadosamente ha seleccionado durante años, siglos, los granos que le darán continuidad a la producción agrícola. Con razón el campesinado dice que ellos no quieren ningún MON-SANTO que les imponga la compra de las semillas « certificadas » y les altere el ecosistema con sus fumigaciones asesinas de todo lo verde.

Años y años de paciencia y espera, de manifiestos y cartas, no han surtido efecto y desde las alturas « cachacas » -que es igual a decir santafesinas- han creído que los campesinos –y en general los colombianos- somos bobos y nos contentamos que nos den a probar el « bom bóm ». Desde la « Casa de Nari » creen que la sola presencia de los funcionarios « cachacos » -sudorosos porque el esfuerzo físico no es para ellos- es suficiente para acallar las protestas pacíficas de los ciudadanos de a pié.

Igualmente, la exclusión política del campesinado, evidenciado en el ataque a Marquetalia, ha permitido a la oligarquía adelantar la aprobación manzanilla y corrupta de los proyectos de ley que les son impuestos en esos ALCA y TLC ya que al hacer aprobar sus leyes « legalizan » sus políticas, como la ley de baldíos y la ley que permitió desaparecer –asesinar- a la U.P., por ejemplo, impidiendo la presencia y el desarrollo de una auténtica oposición en Colombia.

Igual situación veremos con los otros puntos de la Agenda de la Mesa de La Habana. Evidentemente que esa « conexión oculta » entre las conversaciones de la Mesa de La Habana y el Paro Nacional Agrario y Popular se ha ido dando por los vasos comunicantes entre las diferentes organizaciones populares, armadas y desarmadas. El marxismo nos ha enseñado que a la par del paradigma dominante va emergiendo subterráneo, oculto, el nuevo paradigma que lo reemplazará. Ya lo estamos viendo en la Mesa de La Habana y el Paro Agrario y Poåpular.

En la Mesa de La Habana son las FARC como « pueblo en armas » las que están planteando la modernización –todavía no el Socialismo- de las relaciones de producción, societales y políticas y el gobierno en representación del Estado se aferra -como « a un clavo ardiendo »- a su modelo arcaico y totalmente injusto y represivo. Igualmente, los ciudadanos colombianos participantes en el Paro Agrícola y Popular plantean la necesidad de nuevas relaciones en el campo de la agricultura, de la minería, de los trabajadores y las empresas nacionales y extranjeras para las que trabajan.

Si el gobierno sigue aferrado a sus políticas que sólo favorecen a los de siempre, alos potentados oligarcas-terratenientes y al imperio, en contra del pueblo que clama por cambios, tengan la seguridad que la explosión del Paro Nacional Agrario y Popular se multiplicará por mil, a la enésima potencia.