jueves, 26 de septiembre de 2013

“JUAN MANUEL SANTOS LE MIENTE A LA ONU”, SOSTIENE, JESUS SANTRICH, FARC-EP


Señor Santos, abandone la doble moral y aterricemos en soluciones reales que contribuyan a la construcción de la paz con justicia social para Colombia.

Jesús Santrich

Por casualidad el mismo día que inicia el Foro sobre cultivos ilícitos y narcotráfico convocado a instancias de la Mesa de conversaciones de Paz en Bogotá, el presidente Juan Manuel Santos le miente a la Organización de Naciones Unidas en su discurso pronunciado en el marco de la 68 Asamblea del ente internacional. ¡Juan Manuel Santos no debiera ser tan falso! Los verdaderos narcotraficantes están del lado del régimen. 

Un ejemplo concreto es el total involucramiento que tuvo siempre el Departamento Administrativo de Seguridad DAS en este sucio negocio, sobre todo en la época de gobierno del narco Presidente Álvaro Uribe Vélez.

Con mentiras no se resuelven los problemas que generaron el conflicto colombiano. Ningún beneficio para la paz trae un discurso sesgado en el que se pretende colocar en los hombros de la guerrilla la responsabilidad de la existencia del fenómeno del narcotráfico en Colombia.

El narcotráfico es un problema generado fundamentalmente por la miseria, que las oligarquías que manejan el poder en nuestro país les han impuesto a las mayorías nacionales. La pobreza y la desigualdad ahora se profundizan con medidas neoliberales que le entregan la tierra, la explotación mineroenergética y la soberanía a las trasnacionales. De contera el desastre ambiental es el peor fenómeno que aparte del hambre nos están dejando las políticas gubernamentales. Así las cosas el discurso de Juan Manuel santos en la asamblea 68 de las Naciones Unidas es una gran pantomima recargada de hipocresía.

Una Colombia sin coca y sin conflicto sólo es posible acabando con la miseria que le han impuesto al pueblo colombiano, empujándolo a sobrevivir valiéndose de economías de rebusque e ilegales.

Por lo demás el tráfico de cocaína, hace muchos años se convirtió en un mecanismo de acumulación capitalista, ilegal e internacionalizado y el narcotráfico en una especie de dispositivo político, utilizado por diversos gobiernos entre los que se encuentran el de EEUU y el de Colombia, para realizar acciones de represión y control social.

Particularmente el Estado colombiano ha construido una interrelación muy compleja con el narcotráfico: finge una lucha a muerte contra el fenómeno, pero se aprovecha de él mediante el “blanqueo de dinero”. 

Puede resultar difícil establecer con precisión el oxígeno que le da el narcotráfico a la economía colombiana, pero los dineros provenientes del delito en cuestión, que entran a la economía nacional representan no menos de tres puntos del Producto Interno Bruto. En general podemos afirmar que en materia de lavado de activos las operaciones sospechosas en no menos del 84%de casos las registran el encopetado sector financiero; es decir esa lumpen-burguesía gansteril que nos gobierna. Son estos los verdaderos responsables de la reproducción del problema y no la guerrilla o los empobrecidos campesinos cultivadores de hoja de coca, como se pretende.

Señor Santos, abandone la doble moral y aterricemos en soluciones reales que contribuyan a la construcción de la paz con justicia social para Colombia.