lunes, 17 de octubre de 2011

GOBIERNO Y CAMPESINOS CASARON PELEA SOCIAL

Los campesinos lograron voltear la torta de la Cumbre Social Rural y una vez más se hicieron sentir. Querían más protagonismo y lo consiguieron.

La cumbre pintaba ser un encuentro de expertos en el que las organizaciones campesinas no tendrían una figuración importante. Pero después de un tire y afloje con la ministra de Agricultura, Cecilia López, y varias entrevistas con el Presidente Samper, hicieron cambiar las cosas.

No es la primera vez que los campesinos ponen a correr base al Presidente.

En la primera lo hicieron ir en helicóptero hasta el Club de Empleados Oficiales, en Bogotá, cuando iniciaron una protesta al final de su Congreso, a finales de marzo, porque Samper se había disculpado por no asistir. Precisamente, en esa oportunidad, nació la idea de la Cumbre Social Rural.

La reunión se canceló Hasta la reunión del jueves pasado, la Cumbre Social era un fracaso por la negativa a participar de siete organizaciones campesinas y de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).

En una carta enviada el martes pasado a la ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, por siete dirigentes campesinos, que al día siguiente estarían junto a 12 colegas más cara a cara con Samper en Palacio, puso a tambalear el certamen.

En el documento se afirmaba, entre otras cosas, que consideramos que la cumbre no responde a las realidades y expectativas de los campesinos, a las parálisis existentes en los programas, a la ausencia de recursos financieros para los mismos y a una institucionalidad anacrónica.

Y agregaba la carta que cada día es más notoria la falta de voluntad política de su ministerio para permitir la participación de las organizaciones campesinas en la búsqueda de soluciones a la crisis y a los conflictos rurales actuales.

Los siete firmantes de la carta fueron los presidentes de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc), Rito Ariel Gómez Martínez; de la organización de indígenas y campesinas. Eleonora Castaño; de la Acción Campesina Colombia (ACC), Carlos Ancízar; de Fensuagro, Pedro Nolasco Présiga; de Fanal, Milton Antonio Wilches y Julio Alfonso Poveda, de Fenacol, además del representante de Festracol.

La protesta arrojó otros resultados para ellos: sus representantes no serán simples voceros de las mesas redondas programadas en la Cumbre sino que además serán casi los protagonistas.

Y, lo que consideran la ganancia más importante: se logró el alargue del certamen, que será del 20 de mayo al 2 de junio cuando se celebra en todo el país el Día del Campesino.

Con el alargue, la Cumbre romperá los moldes académicos, pues después de tres días dedicados a las exposiciones, se discutirá de frente con los campesinos sus problemas.

Una vez se surtan esos análisis y se concreten derroteros para buscar salidas a la crisis, estos se sintetizarán y serán expuestos por Samper el 2 de junio, en Bogotá.

Se hace camino Pero antes de que se concretara esta agenda más abierta para la Cumbre, en la entrevista con Samper, el camino para llegar al Palacio de Nariño estuvo sembrado de nubarrones, que fueron símbolos de que la cosa no funcionaba.

La cumbre social sin campesinos es como un café con leche sin leche , dijo un dirigente de una organización campesina.

El martes, cuando la carta fue conocida, hubo una reunión en la noche entre la ministra López Montaño y los dirigentes campesinos.

Ellos expusieron con franqueza sus sentimientos con respecto a la cumbre y exigieron más participación, además de un aplazamiento para que ese encuentro se pudiera preparar más.

Sin embargo, ese día no hubo ningún acuerdo. La Ministra, con la advertencia de que no habría aplazamiento, les dijo que la cumbre serviría para iniciar toda una discusión sobre el agro, benéfica para el país y el continente.

Ese martes ya estaba al tanto de lo que pasaba la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), la organización que agrupa alrededor de 50 gremios de índole empresarial. Su presidente, Juan Manuel Ospina, al igual que los campesinos, consideraba que la cumbre iba a ser muy cerrada.

El miércoles, en la noche, se concretó otra reunión a la cual asistieron los dirigentes campesinos, Ospina, el secretario de la SAC, Gabriel Martínez, y la Ministra y sus viceministros de Desarrollo Rural, Luz Amparo Fonseca, y el de Políticas, Rafael Echeverry.

Este encuentro estuvo más caliente que el de la noche anterior, pero se habló otra vez con franqueza. Los campesinos insistieron en el aplazamiento de la cumbre porque no le veían ni pies ni cabeza. No hay aplazamiento, dijo López.

Cuando los miembros de la SAC le dijeron a la Ministra que sus agremiaciones afiliadas estaban pensando que la cumbre iba a ser un show para que ella se luciera, y que así no le jalaban. López reaccionó: le dio mal genio y decidió cancelar el certamen. Se retiró de la reunión.

El encuentro finalizó casi abruptamente. Los dirigentes de la SAC y de los campesinos estaban tranquilos. Coincidimos en que expusimos nuestros puntos de vista con sinceridad, dijo un miembro de la Anuc.

No obstante, la noche del miércoles aplacó los ánimos, porque temprano, el jueves en la mañana, la ministra coordinó la reunión con el presidente Samper por la tarde.

Los dirigentes campesinos llegaron puntuales, cuatro y media, y se encontraron con Samper y la Ministra. El diálogo con el Presidente duró hora y media. Hubo tintos y aguas aromáticas y la reunión, esta vez, fue tranquila.

Samper escuchó los reclamos de los campesinos y les dio la razón, además de aceptar sus propuestas. Quizás el Presidente recordó que casi 45 días atrás, cuando llegó en helicóptero, los campesinos de la Anuc lo habían aclamado en su Congreso y estaban eufóricos con la propuesta de la cumbre social.

Lo que viene Pese a que algunos dirigentes de esas organizaciones habían tenido dos o tres contactos con los funcionarios del Ministerio de Agricultura encargados de organizar los detalles de la Cumbre, no obstante, no estaban convencidos de su utilidad.

Los dirigentes campesinos pensaban que, como en otros foros, quedarían sepultados bajo las cosecha de análisis y exposiciones de los tecnócratas del sector.

Después del Congreso de la Anuc en el Club de Empleados hubo un viraje total en el proyecto de la Cumbre. Esa vez, la Ministra planteó la cumbre e íbamos a figurar en ella solo como comentaristas. No había objetivos claros, dijo otro dirigente campesino.

Ahora que la Cumbre Social Rural será una realidad y será más amplia, gracias a los campesinos, como lo reconoció la SAC. Sus dirigentes esperan que con los comités de seguimiento y las veedurías para comprobar que se cumplan con los resultados de la cumbre, el agro tenga por fin un destino, dijo un directivo de la Anuc.

La pantalla me importa un rábano La ministra de Agricultura, Cecilia López, dijo que los campesinos de alguna manera no entendieron que la Cumbre era la iniciación de un nuevo diálogo.

Sin embargo, ella subrayó que lo importante fue que llegamos a un acuerdo con ellos en la reunión con el presidente Samper.

Sobre algunas versiones en el sentido de que la Cumbre iba a servir como un pantallazo, o un show de la Ministra, ella respondió: A mí me tiene agotada la idea de que todo el mundo lo juzga a uno por las intenciones y no por los resultados.

Las intenciones son lo que la gente cree que uno tiene. Este país se volvió tan malo que nadie cree que uno lo hace por buena voluntad.

A mí me importa un soberano rábano la pantalla. Me interesa es hacer cosas. Yo cada vez que hablo me dan pantalla, porque digo cosas distintas o soy más agresiva que el resto, o es el producto de muchos años de estudio.

Soy una convencida de que yo sí tengo la posibilidad de producir cambios porque me creen.

La Ministra aseguró que su satisfacción máxima con la Cumbre será si logra una ley marco para el agro, una política social rural, la dignificación de los campesinos y un pacto urbano-rural. Así moriré tranquila.

Publicación: eltiempo.com
Sección: Economía
Fecha de publicación: 19 de mayo de 1996
Autor: JAIME CRISTANCHO GOMEZ