La Habana-Cuba. 11 de Septiembre de 2014.
Foto: FARC-EP
La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, septiembre 11 de 2014
Reivindicar a las víctimas del conflicto es avanzar hacia el acuerdo final
Tras haber convenido las partes en la Mesa de Conversaciones la
Declaración de Principios sobre víctimas, y luego de minuciosos análisis
y discusiones que pusieron en marcha iniciativas importantes como la
Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas; después de haber
concretado también dos visitas exitosas de las delegaciones de víctimas
del conflicto, programadas para venir a La Habana a exponer sus
vivencias, inquietudes y propuestas, las FARC-EP manifiestan su
complacencia por la dinámica favorable a la consecución de la paz que va
tomando el proceso de diálogo. Constatamos con agrado que para la fecha
hemos logrado presentar, como insurgencia, el bosquejo general de
nuestras propuestas mínimas referidas a Derechos integrales de las
víctimas para la paz y la reconciliación nacional, que son la síntesis
de las iniciativas presentadas por las comunidades y sus organizaciones
sociales y políticas, en los foros que se organizaron en Colombia para
abordar el estudio del punto 5 de la Agenda.
Al mismo tiempo que en este ciclo instalamos como paso transcendental
la subcomisión de género, que sin duda ha ampliado de manera
superlativa el arco de participación y democratización del proceso de
conversaciones, hemos integrado el conjunto de insumos mencionados para
finalmente entregarles esta semana, y como parte de cierre del ciclo 28
de las conversaciones, nuestra propuesta conceptual enmarcada en la
Declaración de Principios, y que titulamos “Hacia una nueva Colombia sin
víctimas”, la cual contiene la guía precisa para orientar, con la
participación ciudadana, la construcción de un acuerdo integral que
brinde alternativas de solución al sensible asunto de las víctimas del
conflicto, reconocidas ellas como sujeto político protagónico que deberá
jugar un papel primordial en la elaboración del Acuerdo Final.
De los argumentos mencionados se deriva que la discusión del punto 5
debe descansar en la consecución para las víctimas de su derecho a
verdad, justicia, reparación y no repetición, objetivos que deberán
alcanzarse a instancias de lo que consideramos es el verdadero marco
jurídico para la paz, que para las FARC-EP no es otro que el Acuerdo
General para la terminación del conflicto de agosto 2012, el cual está
acompañado de la reiteración de que no hemos venido a la Habana a
intercambiar impunidades.
En nuestras reflexiones hemos subrayado en la necesidad imperiosa de
abordar el esclarecimiento del paramilitarismo, insistiendo en que el
Estado debe sentar su compromiso de acabar definitivamente con este
fenómeno atroz, que es factor principal de victimización. Y habría que
precisar nuevamente en que urge no aplazar más la realización de lo
incluido en el punto 3 del Acuerdo General en cuanto a que: “En el marco
de lo establecido en el punto 5 (Víctimas) de este acuerdo, se
esclarecerá, entre otros, el fenómeno del paramilitarismo.”
Ahora más que en cualquier otro tiempo, levantamos nuestra voz para
exigirle al gobierno que permita abrir, de par en par, las puertas de la
Mesa de Diálogo a la participación del conjunto de la sociedad, sin
amenazas de judicialización y brindando los mecanismos que permitan que
los sectores más empobrecidos, puedan actuar. De manera especial decimos
que se debe rodear a las organizaciones de derechos humanos y de
víctimas, acompañarlas, protegerlas y defenderlas de los enemigos de la
paz, y exigiendo del Gobierno medidas eficaces de protección para que la
participación ciudadana y de las víctimas en este proceso de
conversaciones, no se convierta en una nueva etapa de victimización y
revictimización.
Si decimos que las víctimas están en el centro de este proceso y que
su voz debe ser escuchada, para que las palabras no queden meramente en
el plano de la retórica, creemos que es el momento de hacer nuestro su
clamor manifiesto de manera unánime durante los foros y durante las
intervenciones de las dos delegaciones que han acudido a audiencias en
La Habana, en cuanto a que “de manera urgente se dé un cese bilateral al
fuego y a las hostilidades, con el propósito de prevenir nuevos hechos
que victimicen a la población colombiana”.
Ponemos de presente nuestro reconocimiento a las víctimas del
conflicto armado como sujeto político activo fundamental para la
construcción de la Nueva Colombia, a la que aspiramos tras la llegada de
una paz con justicia social, democracia y soberanía. Las víctimas no
pueden mirarse únicamente como sujeto pasivo de la realidad colombiana,
simples destinatarias de asistencia social en el mejor de los casos y de
las que habría que compadecerse. No. Ellas deben ser protagonistas
también del proceso constituyente que ya se ha iniciado y que deberá
conducir a la convocatoria de una Magna Asamblea que dé cuerpo
definitivo al tratado de paz que aspiran las mayorías, y en el que
coincide el espíritu de reconciliación de millones de colombianos
afectados por la guerra fratricida que debemos parar.
Finalmente, reiterando nuestro llamado a todos los colombianos,
incluso a los enemigos del proceso de La Habana, a priorizar los
intereses del común apoyando de manera decidida la búsqueda de la paz
mediante la solución política. Debe el gobierno entender dentro de este
contexto, que su discurso tiene que ser consecuente con su práctica, y
que en tal sentido la atención a las víctimas no puede seguir siendo
mediocre. Ya mismo se debe iniciar, con el concurso de las víctimas, la
elaboración de un Plan Integral, que permita garantizar su asistencia
plena en todos los departamentos del Estado con la suficiente calidad,
poniendo en marcha el Fondo Especial de Reparación Integral, que deberá
funcionar al menos por 10 años y estar dotado de suficiencia
presupuestaria.
DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP