Martes. 15 Enero 2013.
Salario mínimo 2013: ¡de mal
en peor ¡
La decisión del gobierno Santos de decretar un pírrico aumento al salario
mínimo legal de tan solo el 4% o sea $760.oo diarios, el equivalente a la mitad
de un pasaje del transporte urbano, así como la reciente aprobación de la
reforma tributaria -que redujo sustancialmente los impuestos a los monopolios
capitalistas y transfirió nuevas cargas a espaldas de los trabajadores- dejan a
todas luces claro que este sí es el gobierno de la prosperidad... para los
explotadores.
El decreto 2738 del 28 de diciembre 2012 por medio del cual se impuso el nuevo rango de salario mínimo en Colombia fue promulgado el día de los inocentes, pero no se trató de una inocentada sino de una nueva cachetada contra quienes con un enorme esfuerzo y sacrificio producimos la riqueza y la grandeza de este país. Este aumento del 4% contrasta por con los incrementos salariales obtenidos por los trabajadores en Venezuela (25%), Argentina (19%), Ecuador 8,8% y Chile (5,1%), países donde el salario mínimo legal vigente -comparado en dólares- es superior al de Colombia, aparte de que en ellos existen una serie de auxilios al transporte, a la alimentación y a la vivienda que alivian la carga de diario vivir.
En el intento de justificar su actitud mezquina hacia los trabajadores, la
oligarquía colombiana en el poder adujo que durante el año 2012 el Índice de
Precios al Consumido (IPC) apenas llegaría al 2,65%; cifra creada por la
manipulada estadística oficial. Otro argumento falaz que señalan los capitalistas estatales y privados
es que los salarios son inflacionarios, pero, según ellos, no lo son los gastos
lujuriosos de que disfrutan los oligarcas de cuello blanco que se roban los
recursos públicos, mediante billonarias defraudaciones a las arcas de la
Nación, los departamentos y municipios.
Para rematar esta nueva afrenta contra los asalariados, el ministro de
hacienda sale a esgrimir ahora que el aumento salarial decretado es una
contribución a la generación de empleo; el mismo cuento manido que han
utilizado los últimos gobiernos para justificar el cercenamiento de los derechos
laborales y pensionales de los trabajadores colombianos, lo que se refleja
entre otras en las nefastas leyes 50 de 1990, 100 de 1993 y 789 de 2002. Ese
mismo entretejo de generar nuevos empleos lo utilizó también Cárdenas Gutiérrez
en el parlamento burgués para apalancar la aprobación de la reforma tributaria
que –con la presencia física de la presidente del principal órgano de
dominación imperialista, FMI-
rebajó los impuestos a las
empresas nacionales y extranjeras dedicadas a extraer la savia del país
mediante leoninos préstamos usureros y saqueando a manos llenas las riquezas
naturales de nuestra Patria.
Por otra parte, la implantación por decreto del salario mínimo ha
evidenciado el fracaso del tan publicitado espacio de concertación salarial y laboral (Estado, patronos y trabajadores), que tantas
ilusiones había creado en algunos círculos del reformismo sindical,
comprometidos con el llamado pacto laboral, diseñado por el gobierno de Estados
Unidos para ratificar el TLC y el cual pretenden habilitar engañosamente como
escenario para “resolver los problemas de los trabajadores”, tratando de
impedir que esos problemas sean el centro de los diálogos de paz. Completa ese
cuadro el cinismo del vocero de la patronal que habla de la generosidad gubernamental
al referirse al famélico aumento salarial
decretado.
No obstante todas esas maniobras, el trabajador colombiano de a pie sabe
que ese mísero aumento salarial no compensa la constante pérdida del poder
adquisitivo y que en lugar de achicar la brecha entre ricos y pobres, lo que
hace es aumentarla, consolidando a Colombia en los primeros puestos de
inequidad económica y social en el mundo; ello en momentos que el aparato
propagandismo estatal se desboca al publicitar una mentirosa tendencia a la equidad.
Una advertencia final, si el gobierno acaba de hacerle conejo a los
trabajadores colombianos en cuanto al salario mínimo, no hay duda que esté
tratando de poner conejo a los Diálogos de Paz que se desarrollan actualmente
en la Habana y en los cuales tiene afincadas sus esperanzas el pueblo colombiano, incluido el movimiento
sindical clasista representado en el Equipo FSM Colombia.
Federación Sindical Mundial - FSM
Equipo Colombia