Radio Café Estereo.
Foto: Tomada de Radio Café Estereo
El jueves pasado en una sobria ceremonia con varios
presidentes a bordo y cientos de invitados especiales, las delegaciones
de la oligarquía colombiana con su presidente a la cabeza y de las
FARC–EP, con su comandante Timoleón Jimenez, presentaron a la opinión
pública el acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y
Definitivo; la Dejación de las armas; las garantías de seguridad y la
lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y
masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos,
movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las
organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del
paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas
criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la
construcción de la paz.
Aunque el punto acordado
se llama fin del conflicto, esto no quiere decir que se halla llegado a
un acuerdo total, pero este acuerdo deja los diálogos en la practica en
un punto de no retorno, o sea que la firma del acuerdo final esta muy
cercano y especula que podría ser antes de 60 días.
El acuerdo conlleva a un
sueño largamente acariciado por la oligarquía colombiana, la
desaparición de las FARC-EP, como organización armada.
En la 51 convención Bancaria, Juan Manuel Santos, presidente de la oligarquía colombiana dijo: “El día que firmemos, queridos banqueros, creo que va a ser pronto, las Farc desaparecen. Imagínense ustedes dos minutos lo que eso significa para el país”.
Y en el Foro Económico
que se desarrollo en Medellin lo repitió, como muestra de que para la
oligarquía significa que desaparezca su contenedor armado mas
importante. Santos dijo: “el día que firmemos la paz, el acuerdo con las
Farc, desaparecen las Farc”.
La noticia ha sido
saludada por todo el mundo, desde guerrerista hasta pacifistas, desde el
imperio hasta revolucionarios, pero en algunas personas, incluyéndome,
causa preocupación, entre otras por la historia de incumplimientos de la
oligarquía colombiana.
Tomando café, viendo la
transmisión con un amigo, escuchamos con sorpresa algunos detalles del
acuerdo que nos dejaron inicialmente un muy mal sabor y otros detalles
muy interesantes. Desde de cavilar un poco mi amigo me hizo la pregunta
del millón.
- Y tu que opinas, ¿si estuviese Manuel Marulanda vivo, se daría esto?.
Manuel Marulanda Vélez,
el legendario comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), uno de los hombres mas grandes de America, falleció,
según video donde esta organización anuncio el hecho al pueblo
colombiano, el 26 de marzo de 2008 de un infarto cardíaco.
Fue mucho el whisky que
mamó la oligarquía celebrando la muerte de Manuel Marulanda, entre otros
Juan Manuel Santos, que hasta trato de adjudicar la muerte a su
descompuesto ejercito.
La verdad fue que Manuel
Marulanda Vélez murió en brazos de su compañera, sabiendo que las causas
de la lucha guerrillera en Colombia siguen presentes como nunca antes:
la pobreza, la intransigencia política de las elites y el terror
estatal.
Cuando a “Marulo” lo
criticaban por la lucha armada solía decir: “Nosotros no impusimos la
violencia, la violencia nos la impusieron a nosotros.”
Tratando de responder a
la pregunta, hace ya algún tiempo me he dado a la tarea de buscar,
basado en la historia lo que hubiese pasado si Manuel Marulanda
estuviese vivo.
Hubo un tiempo, hace unos
60 años ya, una vez que Manuel Marulanda se acogido a la paz que
pregono el gobierno de turno, los guerrilleros que así lo decidieron
dejaron el grupo y el retomó su trabajo como inspector de carretera,
específicamente de la carretera que va del Huila, al corregimiento de
Gaitania.
Pero ante el asesinato de
uno de los guerrilleros y ante el incumplimiento de la palabra del
gobierno el joven Marulanda, desenterró sus fusiles, que no había
entregado y continuo la lucha por una Colombia en paz y con justicia
social.
La historia del genocidio de la Union Patriótica, es otro referente histórico.
En en 1985 como parte de
los acuerdos entre el gobierno del presidente Belisario Betancourt,
nació este movimiento político mediante el cual, las FARC-EP, con Manuel
Marulanda a la cabeza intentaron hacer política sin armas.
En esos días es bueno
recordarlo hoy, también se firmo una tregua bilateral. Al final se dio
el genocidio de la UP y los hombres de las FARC debieron retomar sus
armas y continuar la brega.
En el libro “Farc 20
años. De Marquetalia a la Uribe”, escrito por Carlos Arango Z, encontré
este relato donde Manuel Marulanda dice: "De otra parte nosotros somos
concientes de que el día que podamos, participar en unas elecciones
amplia y democráticamente, pues lo hacemos, ¡por qué no!
Pero si por ahora no lo
podemos hacer nosotros entonces estamos de acuerdo en que lo hagan
otros. Ponga por caso que nosotros pudiéramos participar libremente en
unas elecciones y lográramos llevar ocho o diez parlamentarios al
congreso. Pues eso le estaría ahorrando al pueblo colombiano esfuerzos y
muertes. En estas cosas nosotros no nos enredamos".
En el acuerdo conocido,
según el cronograma, en seis meses las FARC, sin el gobierno haber
cumplido, deberá entregar las armas y allí si veo una diferencia si
estuviese Marulanda, quien al respecto dijo a Carlos Arango: "Nosotros
pensamos que de todas maneras, haya la pacificación que haya, las armas
las seguiremos manteniendo y vamos a organizar al pueblo en determinado
momento en autodefensa popular y el pueblo tendrá esas armas para su
defensa. Porque si el general Landazábal Reyes nos hubiera entregado
armas y ahora las estuviera pidiendo, pues tendría razón. Pero ni él ni
nadie nos ha dado armas para que ahora nos las estén pidiendo".
El 6 de septiembre del
año 1998 el periódico Clarín de Argentina, publicó las siguientes
declaraciones de Marulanda al periodista Pablo Biffi: “De acuerdo con la
experiencia que hemos acumulado a lo largo de 40 años de lucha, para
resolver los problemas sociales de este país se requiere de la presencia
de las FARC. Nosotros haremos un acuerdo en algún momento, pero
nuestras armas tienen que ser la garantía de que aquí se va a cumplir lo
acordado. En el momento en que desaparezcan las armas, el acuerdo se
puede derrumbar. Ese es un tema estratégico que no vamos a discutir”.
La verdad es que por lo
menos a mi, consciente de la necesidad de una salida negociada, eso de
que "Esto significa ni más ni menos el fin de las FARC como grupo
armado" como dijo Santos en su discurso en la Habana, y de que la
entrega de las armas que tanto asustan a la oligarquía, se de sin si
quiera haberse desmontado el paramilitarismo, es algo que necesita
tiempo para asimilarlo.
Los tiempos y la
situaciones cambian y la realidad es que este proceso parece no tener
reversa, y aunque también saludo el acuerdo, no tan eufóricamente o
falsamente como otros, lo cierto es que debemos prepararnos
para continuar la lucha con la esperanza de que la oligarquía cumpla lo
acordado y que no estemos ad-portas de repetir la historia.
En su discurso el
comandante en jefe del estado mayor Central de las FARC-EP, Timoleón
Jiménez citó el programa agrario resultado de la Asamblea de los
Guerrilleros de Marquetalia, realizada en 1964 con la presencia de
Manuel Marulanda Vélez, que dice: “Nosotros somos revolucionarios que
luchamos por un cambio de régimen, pero queríamos y luchábamos por ese
cambio usando la vía menos dolorosa para nuestro pueblo, la vía
pacífica, la vía democrática de masas; esa vía nos fue cerrada
violentamente con el pretexto fascista oficial de combatir supuestas
repúblicas independientes, y como somos revolucionarios que de una u
otra manera jugaremos el papel histórico que nos corresponde, nos tocó
buscar la otra vía, la vía revolucionaria armada para la lucha por el
poder.”
Las FARC-EP, siempre han
propendido por la salida negociada al conflicto, así lo muestra la
historia, incluso cuando la agresión a Marquetalia clamaron por el
diálogo, pero la oligarquía siempre ha sido sorda y lo mas grave, nunca a
cumplido lo acordado.