Miércoles 15 de Enero de 2014.
El taller nacional organizado por la
Unión Patriótica ayer en Bogotá se realizó con éxito. Delegados de
distintas regiones del país asistieron puntualmente a ultimar detalles
de cara al debate electoral que se desarrollada atropelladamente en
extensas zonas del país.
Uno de los puntos más emotivos del
encuentro fue el informe de las distintas regiones, sus expectativas y
sus proyecciones. Desde la Guajira, hasta Vaupés, Nariño y Arauca,
pasando por los departamentos de la región andina y otras regiones de la
bella geografía colombiana, las voces con identidad propia inundaron el
recinto manifestando ampliamente lo que viene sucediendo desde el
surgimiento de la Unión Patriótica y que los medios masivos de
comunicación callan descaradamente, desconociendo las más elementales
normas éticas del periodismo.
Se podría sintetizar los
distintos informes en tres aspectos fundamentales: Uno tiene que ver con
la gran expectativa a nivel nacional que ha generado la reaparición de
la UP; dos, las pocas garantías que ofrece el establecimiento para el
desarrollo de la campaña de este movimiento político de izquierda; tres,
la decisión de dar la batalla electoral por la paz con justicia social,
la defensa de la soberanía nacional, el rechazo a los tratados de libre
comercio, la intromisión de los Estados Unidos en los asuntos internos
del país y el rechazo a la locomotora minero – energética.
El discurso de la UP
El
discurso de la Unión Patriótica es fresco y esperanzador para millones y
millones de colombianos. Encarna el sueño del pueblo mil veces
malogrado por esta rancia oligarquía. Es un discurso lleno de verdad y
de esperanza, por cuanto su finalidad es convencer, no imponer o
engañar.
El militante sobreviviente de la Unión Patriótica
está comprometido a llegar a los distintos sectores que conforman la
sociedad colombiana, ante todo con la verdad y la propuesta bien
argumentada. Es la gran diferencia con la derecha. La derecha es comprar
a través de la promesa, de la mentira, el engaño o la amenaza, el
terrorismo de Estado. Resulta vox populi – por ejemplo – que a cada
trabajador, obrero o empleado le están colocando de tarea un número
determinado de votos que debe conseguir, de lo contrario, será
despedido. Es más: Debe aportar de su miserable salario una parte para
la campaña. La misión de la izquierda, en cambio, es educar
políticamente al pueblo, denunciar la podredumbre del régimen y lanzar
propuestas de unidad, de organización y de lucha en aras de exigir los
derechos históricamente desconocidos por los que siempre han tenido el
poder en sus manos.
Por eso el discurso de la Up es fresco,
moderno, actualizado, esperanzador e incluso, ético. La Up no ve al
pueblo como objeto, lo valora como sujeto. Ese discurso revolucionario,
que fue asesinado a través del brutal genocidio y que le costó la vida a
más de cinco mil de sus importantes miembros, renace ahora sin odio,
sin frustración o desesperanza; todo lo contrario, con amor, esperanza y
optimismo de que otro país es posible.
Ese mensaje lo viene
asumiendo el pueblo y así lo dijeron los delegados de las distintas
regiones del país que concurrieron al taller electoral realizador ayer
en la gélida Bogotá. Ese mensaje que ignora los medios masivos de
comunicación a propósito, en cumplimiento a la orden del régimen
capitalista.
Campaña sin garantías
La otra gran
verdad que salió a flote son las garantías que ofrece el Estado para que
la Unión Patriótica desarrolle su campaña en todo el país. Partiendo de
la certeza de que nunca la izquierda colombiana ha tenido ni siquiera
las mínimas garantías para el desarrollo de la campaña política, hay que
decir que en estos momentos la Unión Patriótica continúa batiéndose en
esa cruda realidad.
Persiste la estigmatización, el
señalamiento y la incomunicación. Todo el dinero del mundo, legal e
ilegal, está al servicio de la campaña de la derecha. Solo un ejemplo:
Mientras un candidato de derecha entrega en el sur del Tolima cientos y
cientos de mercados navideños y ordena a los indígenas armar listas de
votantes para pagar bien los votos, la Up no tiene para imprimir una
fotocopia de su propuesta electoral. Mientras hay minutos y minutos
eternos para estos candidatos exponer sus mentiras en los medios, la
izquierda no tiene sino fracción de segundos y de vez en cuando.
Persiste
el asesinato y el encarcelamiento de la izquierda. El año pasado 26
militantes de la Marcha Patriótica fueron asesinados en Colombia, hoy se
encuentran tras de las rejas del régimen, miles y miles de presos
políticos, los más recientes el compañero Buitrago Cangrejo del Partido
Comunista del municipio de Dolores, Tolima y David Ravelo; Huber
Ballesteros y el profesor Toloza de la Marcha Patriótica.
No
es un secreto de que hay zonas completas donde la Up no puede entrar a
hacer política porque el binomio militar – paramilitar, los
terratenientes y oligarcas se lo impiden.
Sin embargo, el
presidente Juan Manuel Santos hace espuma diciéndole a la comunidad
nacional e internacional que hay todas las garantías para la izquierda y
especialmente para la reaparición de la Unión Patriótica en la arena
nacional y abiertamente.
“La Up llegó para quedarse”
A
pesar de ese crudo ambiente, terriblemente realista, sin ningún tipo de
exageración, la decisión unánime de los asistentes al taller nacional
es que la Unión Patriótica reapareció con fuerza y para quedarse. Es
decir, la moral revolucionaria es grande, el espíritu de lucha y
resistencia está a toda prueba y eso llena de esperanza el futuro de la
patria.
Brilla la lucha de clases y su producto de esta
lucha se comienza a clarificar a favor del pueblo. Lily Ipuz Medina, la
candidata a la cámara por el Tolima, se prende de esa realidad tozuda
para llamar a la izquierda a la unidad y a no retroceder. Por el
contrario, superar los linderos y abrazar la concreción de un frente
amplio por la paz con justicia social y la democracia. En esa misma
dirección hablan Carlos Arturo Lozano Guillén y la compañera Lilia
Solano Ramírez, candidata por la Unión Patriótica al Parlamento Andino
marcada en el tarjetón con el número 501.
La decisión tomada
ayer es vencer las dificultades y continuar la lucha hacia el puerto
victorioso de un cambio total que nos impulse hacia el socialismo.
Ciertamente renace la esperanza al renacer la Unión Patriótica, Up y eso
tenemos que idearnos mecanismos para contarlo abiertamente a todos y
todas.