Mauricio Jaramillo, miembro del Secretariado de las FARC-EP en entrevista exclusiva para VOZ.
26 de Mayo de 2016.
Desde los campamentos en el Yarí, habla Mauricio Jaramillo.
La pedagogía para la paz y el trabajo político son las principales
actividades que ocupan hoy buena parte de la guerrilla de las FARC-EP
Redacción Política
El integrante del secretariado de la organización insurgente,
Mauricio Jaramillo, está dedicado a la pedagogía de paz entre sus tropas
y preparando a la guerillerada para el nuevo momento político que se
avecina. Hablamos con Mauricio Jaramillo en medio de las selvas del
Yarí. Uno de los arquitectos de la agenda que dio inicio al diálogo
habla sobre el proceso de La Habana y los retos que se plantean para la
guerrilla.
–¿Quién es Mauricio Jaramillo?
–Soy médico de profesión, un paisa que desde muy temprano emigré
hacia áreas del Tolima, estudié en Caldas y Antioquia, desde muy
temprano conocí al Partido Comunista, a la Juventud Comunista, y desde
esta perspectiva, conocí a las FARC; tenía 13 años, en el colegio conocí
más en detalle por qué había guerrilla y en ese tiempo, supe por qué
los cubanos peleaban, conocí el sentido de lo que representa el Che,
figura legendaria de la lucha social y comencé a sentir ganas también de
pelear.
–Usted fue uno de los primeros negociadores que llegaron a La Habana; ¿qué razón tuvo para devolverse a estos terruños?
–Bueno, para mí fue un honor haber estado en La Habana, haber podido
pelear, discutir, contribuir a la elaboración de la Agenda, era
necesario que otros de mis compañeros, que también tenían mucho que
aportar a este proceso, con otras experiencias estuvieran allí. Esa fue
la razón para devolverme a Colombia.
La esencia de la paz
–¿Mauricio, cuál es el significado de la paz para las FARC-EP?
–Uno quisiera que en este momento nuestro país cogiera un rumbo
distinto, nosotros estamos ahora hablando de paz, la paz para nosotros
es lo máximo a que hemos aspirado toda la vida, hemos estado cuatro
veces sentados para dialogar pero no hemos logrado nada, porque la
contraparte no se presta, y está escudriñando a ver de qué forma nos
acaba, ese ha sido siempre el objetivo del enemigo. La aspiración de
nosotros es lograr una paz con justicia social donde se asome todo el
pueblo colombiano y donde también se apropie de esa posibilidad y que
con nosotros luche.
Toda la vida en el Partido Comunista nos han enseñado que la
principal bandera es la paz y de eso estamos convencidos. Un pueblo sin
paz es muy difícil que alcance la felicidad y ese podría ser un mensaje
para el pueblo colombiano, con mucha alegría y beneplácito estamos
luchando, aunque sabemos que no es fácil, el enemigo se esconde detrás
de un ganadero, de un industrial, de un mafioso, de las cosas más
absurdas que puedan existir en la sociedad.
–¿La desaparición de comandantes como Alfonso Cano, Raúl
Reyes, Jorge Briceño, pudieron afectar en algún momento las
conversaciones?
–Indudablemente que sí, y quiero ejemplificarlo con el caso del
camarada Alfonso, cuando a él lo asesinaron estaba en ese momento
adelantando las conversaciones con el Gobierno, estando en el
departamento del Valle llegó una información a través de un conocido de
Pablo Catatumbo, que el Gobierno estaba interesado en conversar con
nosotros. Hay una segunda carta del presidente Santos, en la que dice
que es posible llegar a unos acuerdos para abrir una mesa, pues la
agenda del Caguán se ve reflejada en unas futuras conversaciones.
Y el camarada Alfonso dijo, vamos a mirar cómo se presenta esto.
Mientras seguían los operativos militares en esa área, bombardeos,
ametrallamientos, combates permanentes; en medio de esa situación
hicimos una consulta interna y el Secretariado acordó adelantar
conversaciones con el gobierno de Santos, el pueblo se dio cuenta de la
forma como le respondió.
Las diferencias
–Hablando de los intentos de negociación anteriores ¿qué tiene el de La Habana que ha podido casi culminar exitosamente?
–Hemos hecho cuatro intentos, en donde en el libreto del
establecimiento y de los gobiernos no estaba el interés verdadero de
llegar a una paz. El desarrollo de la teoría de la Seguridad Nacional
impidió el éxito de esos procesos, con la teoría del enemigo interno,
esta teoría siempre ha estado atravesada en todos los intentos de
negociación que han buscado las FARC para Colombia, por eso se dio el
genocidio de la Unión Patriótica, son muchas condiciones y variantes las
que se ponen sobre la mesa. Pero indudablemente hay variantes
económicas que hacen que los intereses de los gobiernos cambien.
–En esos cuatro intentos de paz siempre rondó el tema de la tierra como un imperativo.
–Nuestros primeros hombres fueron campesinos y la tierra era el
principal problema que atravesaba todas las situaciones sociales en
Colombia, este era un país agrario, el desarrollo económico obedecía al
campo, entonces las FARC-EP, nacen siendo campesinas y luchan por la
tierra en un país donde han existido y seguirán existiendo
terratenientes. Terratenientes que se convirtieron en gamonales de
pueblo y fueron capaces de crear poder para su beneficio y lo ampliaron y
es una de la causas del conflicto. En los campos principalmente,
edificaron su poder, el gamonal hizo una forma de hacer política y con
su estilo impuso votos y se mantienen al punto que extienden el
latifundio hasta nuestros días. Una modalidad de desarrollo de rezago
que impide la modernización.
–Ahora le pregunto: ¿Cuáles son las principales diferencias
en las agendas propuestas para el proceso de Casa Verde, el Caguán y La
Habana?
–Los momentos de la política nacional. Yo recuerdo que en 1.990, en
el Gobierno de César Gaviria, profundizó el neoliberalismo, con el
cuento de la apertura económica. Ahora hay una nueva arremetida de la
derecha en el mundo, desestabilizando procesos de avances sociales como
los de la región o el Medio Oriente profundizando las contradicciones
que genera el neoliberalismo, y en esas tensiones tan fuertes tiene que
darse un cambio. En el caso colombiano aspiramos que el cambio sea
positivo para el pueblo parando la guerra y transitando hacia un nuevo
momento de la lucha social.
La tensión
–¿Cómo se ve reflejada esa tensión en Colombia?
–En la profunda pobreza y desigualdad que padece el pueblo
colombiano. Parando la guerra el país tiene la posibilidad o la
alternativa de poder vivir mejor. Continuar la lucha por los cambios
sociales para que la gente tenga seguridad social, estudio, es decir que
tenga las cosas mínimas para poder vivir con dignidad, esta es una de
las principales razones por las que hoy podemos decir que mientras el
pueblo defienda los diálogos se abre la puerta para los cambios.
–¿Cuál es su papel, ahora, en la guerrilla?
–Fundamentalmente en esta etapa estamos informando a la guerrilla,
para que ninguno de nuestros combatientes quede al margen de la
importancia de este acuerdo, se les informa a todas las unidades lo que
ocurre en La Habana y paralelamente estamos discutiendo, enriqueciendo
nuestro propósito de paz, para que todos los camaradas entiendan los
recovecos que tienen las conversaciones. Nos estamos preparando para una
nueva forma de hacer política, esto ha sido una riqueza para todos
nosotros y modestamente estamos al frente.
–Usted ha tenido tiempo de conversar calmadamente con las guerrilleras, ellas qué piensan de lo que se aproxima?
–Yo llevo más de 35 años y he conocido la vida de las guerrilleras
desde cuando eran muy poquitas, hoy son muchas las guerrilleras que
integran nuestras filas. Ellas, compartiendo las mismas ideas y
objetivos, y en esa medida las he visto crecer en todos los aspectos. De
manera que ellas al igual que nosotros aspiramos a que la vida nos
permita construir una Colombia distinta.