Nuestro saludo solidario y nuestro aplauso a tod@s l@s invitad@s, delegad@s
y asistentes. Un saludo especial al camarada Álvaro Vásquez, constructor toda
una vida de este partido quien con su acompañamiento nos alienta a seguir el
rumbo correcto de la unidad y la convergencia.
Hemos llegado a la culminación de los eventos preparatorios del 21 Congreso
del PCC. Este Partido tiene 82 años de existencia continua en la vida
colombiana. Es parte de la cultura y de la rebeldía del pueblo y de la
intelectualidad.
En el Catatumbo, en Arauca, en el Putumayo, en el Cauca, está descrito el
mapa de la guerra contrainsurgente. Es la guerra para perpetuar una dominación
que pretende adaptar la sociedad colombiana al apetito insaciable de la
acumulación transnacional de capital. Lo ha logrado, pero solo en parte. No lo
puede del todo porque hay resistencias sociales rebeldes, una oposición
democrática, lucha y dinámica populares.
El gran error de Álvaro Uribe y de Juan Manuel Santos es el de
empequeñecer, minimizar y subestimar esas resistencias. Al entrar el mundo y
Colombia en las ondas expansivas de la crisis capitalista y de civilización,
están creciendo las turbulencias en cuyo contexto, por muy chicas que sean o
estén siendo las resistencias y pocas las oportunidades de avance, los
trabajadores, el pueblo, las gentes del común pueden alcanzar logros
importantes si se unen en un rumbo democrático, de soberanía, de reivindicación
social hacia una sociedad sin desigualdades.
Una sociedad contrahecha.
La falsa democracia colombiana es el espejo de una sociedad contrahecha:
• Más de cinco millones de desplazados como refugiados internos.
• Más de 57 mil desaparecidos, según cifras del Ministerio del Interior.
• Entre 7 y 10 millones de hectáreas de tierra arrebatadas a los
campesinos.
• Más de 4 mil militantes de la Unión Patriótica y el Partido Comunista,
más de 3 mil sindicalistas y una interminable lista de dirigentes políticos,
populares y sociales asesinados, desaparecidos o expulsados de sus lugares de
origen.
• 20 mil jóvenes combatientes, entre guerrilleros y soldados, muertos en la
guerra bajo las llamadas “seguridad” y “prosperidad” democráticas (2002 –
2012).
• 23.8 billones de pesos para seguridad y defensa en 2012, es decir, para
la guerra, que hacen de Colombia el país que destina el más alto porcentaje del
PIB para gasto militar en América Latina.
• El desempleo más alto del hemisferio americano.
• La mayor desigualdad en la distribución del ingreso de América Latina y
una de las más altas del mundo.
• Una de las concentraciones de propiedad de la tierra más altas del mundo,
con un Coeficiente de Gini de 0.87.
• Uno de los niveles de pobreza y miseria más altos del Continente.
• Nuestros dos mares, sus puertos y las bases militares que deberían estar
al servicio de la soberanía son puntos de atraque de la IV Flota naval de
Estados Unidos o están siendo arrendadas al Comando sur
Una “democracia” con guerra interior, que se reproduce mediante la guerra
del Estado en alianza militar estratégica con una potencia extraña; una
“democracia” que reproduce las condiciones de la guerra y pretende eternizarse
aplastando las resistencias; tal es la falsa democracia colombiana.
Esta realidad contrahecha, esta realidad anómala, tiene que convivir en el
continente con procesos que están tomando rumbos muy diferentes. Venezuela
bolivariana, Ecuador de la revolución ciudadana, Bolivia y la recuperación de
sus riquezas, Nicaragua, Salvador, Brasil, Argentina, Uruguay, quién más quien
menos, han abierto el capítulo de las búsquedas. Es también reafirmar nuestro
deber de defender a Cuba, su soberanía, sus héroes injustamente presos en
cárceles del imperio, su decisión de cambios y ajustes a su modelo social. En
contraste, Colombia parece anclada en un mundo del pasado. Las clases
dominantes añoran una integración aún más orgánica, cuasi colonial en el
imperialismo.
La crisis de la guerra.
Los hechos del Cauca están mostrando la crueldad de la guerra en medio de
la crisis social largamente acumulada y las nuevas condiciones subjetivas,
forjadas por la resistencia indígena, campesina y popular. La crisis del Cauca está siendo tratada con la lógica
de clase de la oligarquía gobernante, esto es, una lógica violenta,
militarista, para la que los problemas sociales, culturales y políticos no se
solucionan sino se suprimen por la fuerza de las armas. En el Cauca el Estado
colombiano está violando todos sus compromisos con los Acuerdos de Ginebra
sobre Derecho Internacional Humanitario, DIH, que son mandato constitucional
actualmente vigente.
Un saludo especial al compañero José Domingo Caldón, dirigente indígena del
Cauca aquí presente, a quien expresamos un reconocimiento solidario.
La política contrainsurgente del Estado está adquiriendo la forma de una
guerra contra la población civil. Lo que las gentes están reclamando mediante
la movilización y la protesta de masas es la desmilitarización de los
territorios y de las regiones, junto con el desmonte de poder militar impuesto
por el Plan de Consolidación. El ejército está siendo humillado por su propio
pueblo porque no está defendiendo ni la soberanía ni la vida ni la integridad
física de los ciudadanos sino comportándose como una fuerza de ocupación
extraña en su propio país. Es la crisis de la guerra como política pública del
Estado, financiada con nuestros impuestos y ejecutada por personal militar que
empieza a entender que esa guerra no tiene futuro. El sargento García llora
porque se siente humillado y maltratado. Hay que hacer un llamado a la
consciencia de esos soldados y suboficiales que no han disparado, igual que a
la oficialidad joven, para decirles: también ustedes deben contribuir a la paz,
también deben ayudar a que esta guerra termine y una salida política sea
posible.
El tema de la paz en el corazón de la política.
Decimos que el tema de la paz se coloca en el centro de la vida política
del país. Santos pareciera entenderlo, pero obra con auténtico espíritu
uribista. De hecho concilia de continuo con el uribismo parlamentario bajo la
presión de la ultraderecha, que tiene un vasto predominio en todos los poderes
del Estado. En ese juego, el acto legislativo del Marco jurídico para la paz
abre algunas rendijas, como lo resaltó la bancada del PDA al votarlo
positivamente. Pero requiere de una ley
estatutaria, es decir, de otra medición de fuerzas.
Nuevos capítulos de la crisis política, con opción de madurar en crisis
nacional, están al acecho. La ultraderecha fascista alienta los crímenes contra
quienes reclaman la restitución de sus tierras. El llamado ejército anti
restitución es otra máscara del narcoparamilitarismo y de los terratenientes.
Algo análogo puede decirse del nuevo reagrupamiento uribista, denominado Puro
Centro.
Una propuesta para la izquierda.
La opción de la izquierda y nuestra propuesta es avanzar a un frente amplio
de fuerzas, movimientos, procesos y partidos dispuestos a trabajar
unitariamente en la nueva situación política que se está abriendo paso. Lo
esencial son las convergencias programáticas. El Polo tiene una muy importante
en su Ideario de Unidad. La Marcha patriótica igualmente en su programa. Así
mismo los mandatos del Congreso de los pueblos o los puntos largamente
trabajados por la Coordinación nacional de movimientos sociales y políticos. La
juventud estudiantil agrupada unitariamente en la Mane debe sumar su entusiasmo
y creatividad movilizadora.
Pero esas convergencias deben llevar a la acción común, desde las distintas
ópticas y experiencias. El Polo puede aportar su valerosa y consecuente acción
parlamentaria. Los otros procesos pueden llegar sus experiencias de
movilización, de organización y de métodos de trabajo. Hay que examinar con
espíritu despejado, sin tantas prevenciones, con sentido verdaderamente
unitario, las iniciativas y la dinámica del actuar en común, sin violentar las
opiniones de otros, sin pretender imponer a otros la propia óptica. Identificar
lo que une. Identificar lo que no une, pero agendarlo aparte. Esforzarse por
las coincidencias dinámicas.
Construir nuevas vías y formas de confianza política, para derrotar las
desconfianzas y los sectarismos, de los que tendremos definitivamente que
separarnos.
Algo como un gran evento por la paz, como han propuesto Colombian@s por la
Paz, Congreso de los pueblos y Marcha
Patriótica, podemos en común poner en camino. Acciones contra la ley 100 y por
un sistema humano de salud, como sugieren Comosoc y otras organizaciones
sindicales y trabajadores de la salud. Acciones
frente a los megaproyecto de la locomotora agro minera o el rechazo a
los impactos nefastos del TLC con Estados Unidos entre productores y
cultivadores colombianos. El apoyo a las tareas del estudiantado y el
magisterio en defensa de la educación pública de amplia cobertura, de calidad y
gratuita, como lo estableció para la secundaria el gobierno del Polo en Bogotá
en el que tuvo destacado papel la compañera Clara López, como secretaria de
gobierno y alcaldesa designada.
La coyuntura residencial de 2014.
En este panorama las elecciones presidenciales de 2014 cobran importancia.
Si la derecha reeleccionista de Santos y la ultra derecha de Uribe se
distancian, como aparenta ser, la izquierda debe actuar con decisión y promover
la iniciativa de un programa comprometido con la paz democrática y el cambio de
rumbo del país, como base para la escogencia de una candidatura única a la
presidencia.
En todos estos campos hipotéticos, el PCC se guía por su concepción de la
unidad, sin ver ni inventar enemigos a la izquierda, con el compromiso de la
lucha social y la creación de escenarios donde todas las vertientes, cada vez
más enriquecidas de la izquierda, aporten sus acumulados. El PDA, como fuerza
política de la oposición al régimen tiene el mayor compromiso. El PCC es parte
fundacional del PDA como proceso unitario donde es posible cooperar en unidad
sin que nadie sea obligado a renunciar ni a sus convicciones ni a sus
acumulados. Igualmente concebimos la necesidad de hallar caminos para ensanchar
las autopistas unitarias, con la apertura, la iniciativa y la consecuencia
necesaria para que avance el objetivo estratégico de toda visión unitaria: la
unidad del pueblo.
VIVA EL PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO
VIVA LA JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA
VIVA LA UNIDAD DEL PUEBLO COLOMBIANO
Bogotá, julio 18 de 2012