El ex paramilitar aseguró que, aunque nunca tuvo un vínculo con Jaime Uribe
Vélez, sí lo conoció en compañía de Vicente Castaño Gil. Además señaló a otras
personalidades para probar su tesis de que “toda Colombia era adepta” a su
causa.
En una diligencia de versión libre realizada en Medellín
hace dos semanas, ante una fiscal de la Unidad de Justicia y Paz, el empresario
bananero y ex jefe paramilitar Raúl Hasbún Mendoza, alias ‘Pedro Bonito’,
sostuvo que Jaime Uribe Vélez, conocido como ‘El Pecoso’, hermano del ex
Presidente de la República, fue un hombre cercano a las estructuras
paramilitares y amigo personal de Vicente Castaño Gil.
El nombre de Jaime surgió luego de que el fiscal le
solicitó aclarar una versión de Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, quien
fue cabeza del Bloque Elmer Cárdenas, quien había dicho hace varias semanas en
Bogotá que la amistad de Hasbún con Vicente Castaño había comenzado cuando un
hermano del ex Presidente de la República los había presentado.
El 17 de marzo pasado y ante un magistrado de Justicia y
Paz, alias ‘El Alemán’ había dicho: “Los hermanos del ex presidente Uribe no
son hijos de la Madre Teresa. Si usted le pregunta a Hasbún, que es un bananero
de la clase alta, él dice que a él lo presentó el hermano de Álvaro Uribe con
Vicente Castaño, en una casa en El Poblado".
La frase permitía deducir que la persona a la que se
hacía referencia era a Santiago Uribe Vélez, el integrante de la familia más
nombrado en relación con el paramilitarismo. No obstante, Hasbún, quien también
fue jefe del Frente Arlex Hurtado, rebatió esa versión. “Yo no me reuní con el
doctor Santiago Uribe”, aclaró. Y explicó una vez más cómo conoció a Vicente
Castaño: “Un día me recogió en mi oficina si no estoy mal el señor Merchán y
creo que también estaba ese día un señor Poncho Berrío. Merchán era como un
comandante militar y coordinador de estructuras de autodefensas en Medellín y
otras funciones bajo el mando de Vicente y Carlos Castaño. Y el señor Poncho
Berrío fue una de las personas que también relacioné que me recogió la primera
vez para una entrevista con Vicente Castaño”.
De acuerdo con ésta y otras versiones que ha entregado el
empresario bananero en desarrollo de las versiones libres ante fiscales de
Justicia y Paz, la relación con Vicente Castaño se dio a comienzos de los años noventa, cuando lo buscó para hablar de
los problemas de seguridad en Urabá. Fue durante una de esas reuniones previas
a su vinculación a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) cuando
conoció a Jaime Uribe Vélez, a quien le decían ‘El Pecoso’, quien falleció en
el año 2001.
“Yo ya había tenido varias reuniones con Vicente”, relató
Hasbún ante la Fiscalía. “En una oportunidad me recogieron en mi oficina
Merchán, Poncho Berrío y ‘El Pecoso’; nos desplazamos en un carro de este señor
‘Pecoso’ y nos trasladamos a unas caballerizas por el sector de Robledo. Allá
estaba Vicente. Cuando llegamos nos reunimos en unas oficinas. Todos entramos,
saludamos al ‘Profe’ (Vicente) y de ahí Merchán y Poncho Berrío salieron de la
oficina”.
Según lo narrado por este ex paramilitar, en la oficina
se quedaron Jaime Uribe Vélez, Vicente Castaño y él. Una vez solos, continuó Hasbún, “ellos
empezaron a hablar, pero no recuerdo de qué, era como de negocios, el trato era
muy amigable, tenían muy buena relación. Ahí fue que me lo presentó ‘el Profe’.
Yo sí sabía quién era, pero no me lo habían presentado. Muchos de los
comandantes de las autodefensas lo conocimos como ‘El Pecoso’. Me lo
presentaron como el hermano del futuro Gobernador de Antioquia. No recuerdo si
fue en el 94 o 95”.
Según este ex paramilitar, luego de ese encuentro nunca
volvió a ver a Jaime Uribe Vélez y fue más allá al precisar que “nunca delinquí
con ese señor, no tuve ningún vínculo con él”.
Durante el desarrollo de la versión libre, alias ‘Pedro
Bonito’ expresó su extrañeza por las constantes referencias de supuestos
vínculos de algunos miembros de la familia Uribe Vélez al proyecto paramilitar,
asunto que calificó como de muy político. Dijo que hubo más personajes de la
vida nacional que tuvieron relación con ellos, entre otras razones, según él,
por la importancia que había adquirido la organización paramilitar entre los
años 96 y 99. “Amplios sectores de la sociedad colombiana tuvieron relación con
ellos, dado que las Auc tenían muy buena aceptación”, aseveró.
Para sustentar lo que dijo, dio un ejemplo: “El doctor
Ernesto Báez en la narración de unos hechos menciona al hoy Presidente. Mancuso
también ha relacionado al doctor Santos, hoy Presidente de la República, en
reuniones con nosotros”.
En contraste a esta observación y con respecto a las
supuestas relaciones del ex presidente Uribe Vélez con el proyecto
contrainsurgente, Hasbún indicó: “yo no podría asegurar que el doctor Álvaro
Uribe Vélez tiene algún vínculo con nosotros. Personalmente no me reuní con él
y no he escuchado a ningún ex comandante decir que se reunió con él e hizo
algún acuerdo o algo”.
No obstante, en sus reflexiones dejó una duda con
respecto al conocimiento sobre los nexos del paramilitarismo con diversos
sectores en el departamento que pudo tener durante su periodo en la Gobernación
de Antioquia (1995 – 1997): “¿Cómo explico yo que el doctor Pedro Juan Moreno,
mi general Rito Alejo del Río… todos sabían los nexos o las relaciones del
paramilitarismo y el único que no sabía era el Gobernador?”, se preguntó
Hasbún.
En su versión, este ex paramilitar recordó una anécdota
de esa época: “A mí personalmente el doctor Uribe me regaló unas calcomanías
para llevar a Urabá que se le pegaban a los carros, algo como “Autodefensas somos
todos”. Usted veía a toda la gente en Urabá, me refiero a los territorios donde
yo operé, no había carro que no tuviera la calcomanía que regalara la
Gobernación de Antioquia”.
Tanto la pregunta como la anécdota fueron evocadas por
Hasbún para reforzar su reflexión sobre los verdaderos alcances del proceso de
Justicia y Paz: “Yo creo que para que el proceso de Justicia y Paz funcione no
solamente debe ser alimentado por la verdad por parte de los desmovilizados o
de los que participamos en el conflicto. Esa verdad debe salir de toda la
sociedad colombiana, de todos los que participamos”.
Si bien alias ‘Pedro Bonito’ reclama una verdad integral,
también se mostró inquieto por la mayor contradicción que, para ellos, ha
significado el proceso de contar la verdad sobre proyecto contrainsurgente: “Si
a la sociedad actual le interesa que Fredy Rendón, o Hasbún, o Rodrigo Pérez,
digan la verdad, entonces les creen; pero si no le interesa, como en el caso de
muchos políticos, entonces los paramilitares mienten y estamos utilizando el
proceso para hacerle daño a cierto partido político”.
A su juicio, “esa
no es la posición que debe asumir el país en ese sentido”. Según él, “aquí nos ponemos todos la camiseta para
aportarle a la paz de Colombia o esto no va a servir para nada, diferente a que
unos mentirosos lograron involucrar a una sana sociedad”.
En su intento por demostrar cómo, según él, se
articularon diversos sectores del país al proyecto paramilitar, expuso varios
ejemplos.
El primer de ellos fue el de José Miguel Narváez, ex
subdirector del DAS, y quien ha sido procesado por varios delitos ligados a las
interceptaciones telefónicas, seguimientos ilegales a diversos opositores del
gobierno de Álvaro Uribe Vélez y por la muerte del senador de la UP, Manuel
Cepeda Vargas. Según Hasbún, este ex funcionario, quien ya había sido
referenciado por otros paramilitares, estaba encargado de la instrucción en
guerra política y el manejo inicial de un periódico que tuvieron las Auc en
Urabá. “Él nos enseñaba cómo eran las estrategias de la guerrilla en el campo
jurídico para enfrentarse al Estado”, puntualizó Hasbún.
Luego continuó con otro ejemplo, el del economista e
investigador social Luis Jorge Garay, conocido por sus trabajos sobre
estructuras ilegales y por ser uno de los primeros en hablar del concepto de la
“toma mafiosa del Estado” por parte de grupos criminales: “Garay nos enseñó
cómo funcionaba la economía en Colombia y en el mundo. Tiene varios libros,
pero nos regaló uno con el que estudiamos economía. El tema era la economía,
pero nada que ver con la organización ni cómo manejar nuestra economía, era más
instructivo, sobre la economía nacional y mundial”.
En un tono crítico con la justicia, Hasbún dijo: “mire la
diferencia, al doctor Luis Jorge Garay hasta hoy nadie lo ha llamado, nadie le
ha dicho absolutamente nada. Y también tiene participación, también fue un
instructor mío en economía”.
Esta versión de Hasbún, en su afán de dar pruebas que
corroboren su tesis de que fueron muy amplios y diversos los sectores que
cohonestaron con el paramilitarismo, dista bastante de lo que realmente
sucedió. VerdadAbierta.com entrevistó al profesor Garay, quien reside en
Madrid, España y corroboró su versión de los hechos con Pierre Gassman, quién
fue Delegado en Colombia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Garay explicó que, ante la crítica situación humanitaria
por la que atravesaba el país, Pierre Gassman del CICR, le había pedido que lo
acompañara en varios encuentros con representantes de los grupos armados para
explicarles la necesidad de que respetaran la tarea humanitaria de las
instituciones internacionales, y comprendieran las implicaciones que tendrían
internacionalmente sus graves violaciones a los derechos humanos y su
involucramiento con el narcotráfico. Así hablaron ‘Raúl Reyes’ de las Farc, con
representantes del Eln, fuera del país, y a finales de enero, de 1999, en
efecto, visitaron un campamento de las Auc en el departamento de Córdoba.
En carta enviada a VerdadAbierta.com desde Chens sur
Léman, Francia, Gassman explicó las circunstancias del encuentro con la cúpula
de las Auc en enero de 1999. Según Gassman, “uno de los temas esenciales del
CICR ante los responsables de diferentes grupos armados -tales como las Farc,
el Eln, el Epl y los grupos de autodefensa- era demostrarles la legitimidad de
su tarea en Colombia, no sólo basada en la autorización concedida por el
Gobierno Colombiano de actuar en su territorio, sino en los propios textos de
los tratados internacionales y en el apoyo de la comunidad internacional”.
En este contexto, agregó Gassman, “le pedí al doctor
Garay - autor del libro ‘Globalización y Crisis’ y de otras investigaciones
sobre el conflicto armado en Colombia - ayudarme a poner de relieve la
importancia de este consenso internacional y del papel de las instituciones
internacionales en conflictos como el colombiano. Le pedí, también, apoyarme en
la tarea de exponer las consecuencias nacionales e internacionales que traería
el hecho de que tales grupos fueran declarados como terroristas y públicamente
acusados de desarrollar actividades vinculados con el narcotráfico. Fue así
como el doctor Garay me acompañó un día durante 7 horas al encuentro con Carlos
Castaño y otros paramilitares”.
Otros salpicados
Otro de los ejemplos que dio Hasbún como prueba de que
contaron con amplios apoyos de los dirigentes colombianos, fue el de Luis Ignacio Guzmán Ramírez, quien fue jefe
de campaña en las elecciones presidenciales del 2010 del hoy ministro del
Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras.
Dijo Hasbún: “Él (Guzmán Ramírez) tenía algo de
responsabilidad en el tema de la palma en Bajirá. En las reuniones que yo
participé y estuvo él, y en las varias visitas que le hice a la oficina, iba
con razones del señor Vicente a tocar el tema de la palma africana en Urabá”,
dijo el ex paramilitar.
Hasbún agregó que “por lo significativo que era el doctor
Guzmán, se tenía muy en cuenta las recomendaciones o lo que él opinaba”. Y
volvió a criticar el proceso: “fue muy amigo de la organización, amigo del
señor Vicente Castaño. Pero no pasa nada. Aquí le falta algo a esto que permita
que le aporte al país”.
VerdadAbierta.com quiso conocer la opinión de Guzmán
Ramírez, empresario, ex embajador en México,
y político, quien actualmente se
desempeña como alto directivo de la firma Estop Estudios de Opinión en Bogotá.
Se llamó a su oficina en reiteradas ocasiones y se le explicó a su secretaria
las razones de la entrevista, pero no se obtuvo respuesta.
En un último caso que expuso ante la Fiscalía, Hasbún
relacionó al empresario bananero Juan Esteban Álvarez, representante legal de
los negocios de la familia Gaviria Echeverri, dueños de cientos de hectáreas de
tierras en el Urabá antioqueño y del diario El Mundo de Medellín, como
financiadores de su organización clandestina. “Él (Álvarez) tuvo que ver con
las Convivir y las autodefensas también. Él era uno de los aportantes a las
Convivir en representación del Grupo 20, de las empresas de la familia Gaviria.
Antes de lo político, era representante legal de varias sociedades de la
familia Gaviria. Fue intermediario para pagar los aportes”.
Juan Esteban Álvarez, en efecto, es representante legal y
gerente del Agropecuaria Grupo 20 S.A., que aglomera las empresas bananeras y
ganaderas de propiedad de Guillermo Gaviria Echeverri. Éste reconocido
antioqueño es además director y dueño del diario El Mundo, y padre del ex
gobernador de Antioquia y precandidato a la Alcaldía de Medellín, Aníbal
Gaviria Correa, así como del ex mandatario regional asesinado Guillermo Gaviria
Correa.
En diálogo con VerdadAbierta.com Álvarez controvirtió la
versión de Hasbún. Descartó que fuera un
intermediario, como lo resaltó Hasbún, entre grupos armados ilegales y la
familia Gaviria Correa; además, solicitó aclarar los temas de los aportes, pues
según él, una cosa eran los aportes de los bananeros a las cooperativas de
vigilancia, conocidas como Convivir, y otra, las extorsiones pagadas por los
ganaderos a las Auc. Grupo 20 se vio involucrado en las dos modalidades de
aportes.
“El Grupo 20 realizó aportes través de un descuento que
hacían las comercializadoras de tres centavos de dólar por caja exportada, para
las Convivir, que luego se llamaron asociaciones de vigilancia y seguridad
privada”, indicó Álvarez, quien dijo que esos aportes fueron una decisión del
gremio que agrupaba a los productores bananeros de Urabá, Augura.
“Ese descuento lo hacía directamente la comercializadora,
nos llegaba a través de la liquidación de embarque y partimos de la base de que
eran unas asociaciones debidamente autorizadas por la Superintendencia de
Vigilancia y la Gobernación de Antioquia”, explicó el empresario, quien aseguró
que nunca sospecharon que esos dineros fueran a las arcas de las Auc.
Con respecto a los pagos exigidos por las Auc a los
ganaderos, que también involucró al Grupo 20, Álvarez aseveró que fueron
extorsivos y se hicieron bajo presión armada: “Ellos buscaban que se diera un
pago a manera de extorsión de tal manera que se pudieran financiar”, explicó.
El representante legal de Grupo 20 admitió que a finales
del 98 y comienzos del 99 se reunió dos veces con el paramilitar Hasbún, una
vez en Carepa y otra en Medellín; en ambos encuentros fue citado y presionado
para aportar un dinero a las Auc, pues en reiteradas ocasiones se había negado
a hacerlo.
“La cosa se volvió o se pagaba o se pagaba”, dijo el
empresario. “Así que hubo que acceder a unos pagos de varios millones de pesos.
Eso siempre se ha reconocido y se hizo bajo autorización del doctor Guillermo
Gaviria. El problema es que él (Hasbún) dice que fue voluntario, y eso no fue
voluntario”.
Tanto Álvarez como Gaviria fueron citados a la Fiscalía,
a rendir versión libre. “Allá se dijo lo que se tenía que decir, que no es nada
distinto a lo que he dicho aquí”, concluyó Álvarez.
Identidad con la causa
Hasbún aseguró en su verisón que actualmente hay un
problema de apreciación de cómo mira la sociedad el conflicto en Colombia,
sobre todo en relación con los apoyos institucionales de origen estatal.
“No era casualidad que encontráramos a fulanito en tal
puesto o que pusiéramos al doctor Guzmán en tal otro. No, toda Colombia era
adepta, afín o se identificaba con las autodefensas. Si usted necesitaba a
alguien en a Gobernación de Antioquia… no era que colocáramos a fulanito, que es
amigo. No, busquemos quien hay en la Gobernación de Antioquia que dentro de
esos muchos son o se identifican con la causa”, explicó el exjefe paramilitar.
A los ejemplos dados, Hasbún le sumó el comportamiento
afín a su causa por parte de sectores de la Fuerza Pública. Según este exjefe
paramilitar, tanto Ejército como Policía le recomendaban a la gente que, en
problemas de seguridad, buscaran a los paramilitares.
“Uno iba a una brigada a pedir seguridad y la misma
brigada nos referenciaba a las personas con problemas de seguridad hacia
nosotros. Hay el caso de un señor al que nosotros le decimos Marcos Guerrero.
Él va a la Policía y la misma Policía le dice vaya donde el comandante de las
autodefensas y solucione eso con ellos su problema de seguridad”, explicó alias
‘Pedro Bonito’.
Así mismo, hizo alusión a lo ocurrido en Medellín en
1996, cuando un comando paramilitar perpetró una masacre en el corregimiento
Altavista. “En esa oportunidad montamos un grupo de autodefensas aquí en
Medellín con las empresas del transporte, que venían sufriendo amenazas,
extorsiones, secuestros. No solamente los transportadores, también los
ladrilleros”.
Según Hasbún, voceros de esos sectores económicos le
pidieron apoyo a la IV Brigada. “Y lo primero que hizo el comandante de esa
brigada, el comandante Manosalva (se refiere al general Alfonso Manosalva
Flórez, quien murió en abril de 1997 de un aneurisma) es buscar un vínculo con
los Castaño o con las autodefensas”. En tono crítico aseguró que el encargado
de la seguridad en Medellín “termina llevándonos a nosotros para que le hagamos
parte del trabajo. Esa era la sociedad colombiana”.
Hasbún fue juramentado y se ratificó en todo lo dicho. La
justicia tendrá que separar la paja del trigo, y establecer cuando dijo la
verdad y donde acomodó los hechos en su intento por mostrar que “toda Colombia
era adepta al paramilitarismo”.
Última actualización el Viernes, 01 de Julio de 2011
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