Domingo 28 de Septiembre 2014
A Miguel Ángel Beltrán, sociólogo y catedrático de la Universidad
Nacional la justicia penal lo exoneró de cargos por la peregrina
acusación de pertenecer a las FARC-EP, inventada a partir de la
manipulada información del mágico computador de nuestro Comandante Raúl
Reyes.
Sin embargo, la Procuraduría lo condenó a 13 años de inhabilidad para
ocupar cargos públicos, en otros términos no puede trabajar para el
Estado en ese tiempo.
Los cargos contra el profesor Beltrán fueron desechados por la
justicia penal, sin embargo esa realidad no detiene la saña de Don
Procurador y para colmo la actitud del rector de la Universidad Nacional
la cohonesta.
No abundemos sobre el antidemocrático y arbitrario, del Procurador
Alejandro Ordoñez, que dirige todo el poder acumulado con malicia contra
quienes mantienen con dignidad y valentía, posiciones contrarias y
críticas al poder establecido.
Extraña sí, la actitud del rector de la Universidad Nacional de
Colombia, Ignacio Mantilla, quien adopta mansamente el fallo de segunda
instancia de la Procuraduría y retiró de su cargo como profesor
asociado de tiempo completo de esa institución a Miguel Ángel Beltrán
una de las víctimas de Ordoñez.
Ignacio Mantilla se resistió a utilizar mecanismos legales y
legítimos, entre ellos entablar una excepción de inconstitucionalidad
para desconocer el aberrante fallo que además atenta contra la libertad
de cátedra, la autonomía universitaria y la libre expresión.
Una negativa mancha indeleble en la historia de la Universidad
Nacional que afecta a toda la nación y plantea un interrogante, con
actitudes incomprensibles y antidemocráticas como las del rector Ignacio
Mantilla: ¿Podrá el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de
Paz seguir aportando sus luces al proceso de construcción de la Paz en
La Habana?