Por: Agencia Prensa Rural.
Miércoles 4 de Junio de 2014
Iván Márquez. Delegado de PAZ de las FARC- Foto: Voz.
Respuesta de la Delegación de Paz de la insurgencia a la carta de algunos intelectuales en defensa del proceso de paz.
Los delegados de paz de las FARC dieron a conocer su respuesta a la carta enviada por un grupo de intelectuales,
que manifestaron su defensa al proceso de paz y su preocupación ante
los anuncios de Óscar Iván Zuluaga de suspenderlo en caso de ser elegido
presidente.
Los representantes de la guerrilla comunista saludan el respaldo a
las conversaciones de paz, “así se produzca en el contexto electoral”, y
señalan que la paz debe ser una política de estado, independiente de
quienes ejerzan los cargos de elección popular.
En su carta abierta, los intelectuales piden a las FARC “mayor
celeridad en el proceso”, como si el ritmo de los acuerdos dependiera de
una sola de las partes, y exigen que cesen las declaraciones públicas,
de las que dicen “entorpecen la negociación”.
Ante esto, la respuesta de la delegación insurgente expone cómo ambas
delegaciones han venido trabajando de manera seria, diligente y
comprometida; hace un recuento de los tres ceses unilaterales de fuego,
que no han tenido ningún eco en el Gobierno; y finalmente argumenta que,
como organización política, se reservan el derecho a hacer
pronunciamientos sobre la realidad nacional, “más en un escenario como
el colombiano, que está sometido a una permanente y pertinaz guerra
mediática de desinformación”.
Por último, invitan a presionar al Gobierno a que haga las reformas
necesarias para superar el conflicto, ya que es la parte que tiene el
poder para generarlas.
Reproducimos a continuación el comunicado en su totalidad.
Respuesta a carta de los intelectuales
La Habana, 03 de junio de 2014
Señores(as)
Señores(as)
Asesores, consultores y ex funcionarios de Gobierno, intelectuales y demás firmantes de la carta encabezada por Rudolf Hommes.
Compatriotas, hemos leído con atención su reciente comunicación,
publicada en la Revista Semana el día 28 de mayo del año en curso. Al
respecto lo siguiente:
1. Saludamos toda expresión de respaldo al proceso de diálogos que se
adelanta entre las FARC y el Gobierno Nacional, así se produzca en el
contexto electoral.
2. Compartimos con ustedes que “la paz constituye un derecho
inalienable de todos los colombianos y es condición indispensable para
el desarrollo sostenible e incluyente de una sociedad democrática”;
hemos venido sosteniendo, además, que siendo la paz un derecho y un
deber de obligatorio cumplimiento, su búsqueda requiere erigirse en
política y propósito de Estado.
3. Los importantes avances obtenidos hasta ahora en el proceso, y que
se han expresado en la elaboración de tres acuerdos parciales, son el
resultado del trabajo serio, diligente y comprometido no de una, sino de
las dos Delegaciones. De nuestra parte, ello ha quedado demostrado en
las 250 propuestas mínimas que hemos presentado formalmente, con
suficientes argumentaciones en la Mesa, a lo cual se suma un conjunto
abultado de iniciativas, que en paralelo han ido abriendo camino a los
puntos de la Agenda que están por desarrollarse.
4. Para abordar cada punto siempre hemos actuado entregando con
antelación a los debates, visiones globales de los temas y soluciones
específicas que tenemos el cuidado de construir a partir de las
iniciativas que las comunidades han dejado sentadas en sus foros y otros
espacios de participación.
5. Como constante y pensando en contribuir a aclimatar de mejor
manera los diálogos, dando un paso adelante en brindar iniciativas que
pongan fin al sufrimiento que produce la guerra entre la población,
hemos propuesto el cese bilateral de fuegos, sin encontrar respuesta
favorable del Gobierno. Aun así, por tres ocasiones decretamos ceses
unilaterales, que nunca exigieron ni encontraron gesto de reciprocidad.
6. Si el proceso contara con la más amplia participación de la
sociedad y tuvieran mayor publicidad sus evidentes avances, existirían
mayores elementos de juicio para una opinión más informada, evitándose
así instrumentalizaciones de conveniencia electoral. Esta ha sido una
posición que las FARC-EP han tenido y hecho pública desde el inicio de
las conversaciones, y ella inspira cada declaración política que hacemos
en función no de “entorpecer la negociación” sino de brindar elementos
de análisis a la opinión pública que ustedes mismos consideran carente
de información suficiente relacionada con los diálogos.
7. Es natural y absolutamente legítimo que como actores de la vida
nacional, nos reservemos el derecho a hacer pronunciamientos sobre el
acontecer diario; ellos son inherentes al carácter político-militar de
nuestra organización y han hecho parte de nuestra política a lo largo de
cincuenta años de existencia, más en un escenario como el colombiano,
que está sometido a una permanente y pertinaz guerra mediática de
desinformación que fortalece la hegemonía del pensamiento y la hegemonía
cultural en general, definiendo los parámetros de lo que se considera
el lenguaje “políticamente correcto” y la práctica política “admisible y
tolerable”.
8. Todo intelectual crítico debe actuar con integridad política y
personal, que implica independencia o equilibrio al menos, antes de
emitir juicios, que de una u otra forma descalifican o colocan a una de
las partes como responsable de las falencias que pudiera tener un
complejo proceso de paz como el que ahora se desarrolla entre el
gobierno colombiano y la insurgencia. Y en esto no se puede pasar por
alto, que nadie que realmente tenga sentido de patria, podría comulgar
con una falsa idea de “paz” cuya acepción se ciña a los parámetros de la
“democracia gobernable” o de la neutralidad cómplice del statu quo.
9. Los llamamos a no cesar en su empeño de apoyar este proceso de
tanta importancia para el futuro de nuestro país y de sus generaciones
futuras, independientemente de los resultados electorales. El horror de
la guerra debe terminar.
Colombia merece esa oportunidad histórica y a ese objetivo nos hemos
entregado de manera plena y transparente, de lo que se deriva que si ha
de hablarse de exigencias de celeridad y demostración de compromisos
verdaderos con la paz mediante hechos claros, la sindéresis indica que
estas deben elevarse a quienes tienen el poder de generar las
transformaciones estructurales urgentes que requiere el país, para salir
de la miseria y la desigualdad que lo abaten y que guardan en su seno
las causas de la confrontación que nos desangra.
http://prensarural.org/spip/spip.php?article14315
https://www.youtube.com/user/nolascopresiga/videos